Por Gilberto Pérez Castillo

Cada día que pasa le está costando mucho más al Gobernador Emilio González Márquez la permanencia de Tomás Coronado Olmos al frente de la Procuraduría General de Justicia del Estado.

Las acusaciones en su contra por abuso sexual a menores, que no han sido denunciados porque Tomás Coronado sigue al frente de la Procuraduría, que sería la encargada de investigarlo, y por la irresponsable defensa a priori que hizo el propio Gobernador del funcionario sin que mediara investigación ministerial, son una bomba de tiempo que tarde o temprano acabarán estallándole en las manos a Emilio González.

Otra bomba de tiempo es sin duda el caso Tonalá y la acusación que la Procuraduría ha hecho en contra del Alcalde de ese municipio, Jorge Vizcarra Mayorga, al señalarlo como autor intelectual del homicidio de Carlos Romo Guízar, ex Director de Mejoramiento Urbano del Ayuntamiento tonalteca.

Conforme pasan los días, a la Procuraduría se le está haciendo bolas la acusación contra Jorge Vizcarra, quien ha esgrimido mucho mejores argumentos en su defensa que las supuestas pruebas que Tomás Coronado tiene para sustentar su señalamiento.

A estas alturas, cada vez son menos los que le creen al Procurador y cada vez se suman más los que consideran que la acusación contra Jorge Vizcarra no está debidamente sustentada, y que todo esto no es más que una puesta en escena, muy peligrosa por cierto, con móviles políticos.

Emilio González se ha metido últimamente en un tobogán que lo está llevando a perder rápidamente el capital político con el que llegó al Gobierno del Estado.

Los problemas de la pérdida de confianza de la población no son solamente un tema de vanidad del Gobernante sino que se convierten en un asunto de Gobernabilidad.

Como lo vio Emilio González Márquez, si así lo quiso ver, la confianza pérdida o disminuida de la población ya se vio reflejada en el caso del Placazo en un problema de Gobernabilidad para su Administración.

Mantener a Tomás Coronado al frente de la Procuraduría, dadas las acusaciones de abuso de menores y la débil e irresponsable acusación contra Jorge Vizcarra, será prácticamente imposible para el Gobernador.

El Gobernador debe enfrentar pronto y con decisión la sustitución de Tomás Coronado al frente de la Procuraduría, antes de que este asunto se le convierta socialmente en un Procuradazo.