Julio César Hernández
Para los empresarios que se reunieron la semana con el alcalde de Guadalajara, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, no pasó desapercibido el gesto de sorpresa, incredulidad y quizás hasta de desconcierto que mostró cuando le advirtieron:
“Cuídate de Javier Galván… ya te la hizo una vez (con la adjudicación directa que hizo para la renta de patrullas) y te la volverá a hacer  si no te cuidas”.
Para los empresarios, el ex dirigente del estatal del PRI, Galván Guerrero, busca únicamente hacer negocios para beneficio personal o de su grupo, no le tienen confianza, y mucho menos le ven interés alguno por servir a la ciudadanía.
En su cuenta de Twitter, el dirigente de la Coparmex, Pablo Lemus Navarro, refirió la semana pasada que la adjudicación directa que se hizo a la empresa oaxaqueña para la renta de patrullas no era un asunto de Jorge Aristóteles sino de Javier Galván.
Y más que asunto, los empresarios sospechan que se trata de un “negocio” con jugosas ganancias para quienes operaron dicha adjudicación sin pasarla por la Comisión de Adquisiciones.
En la “encerrona” que los dirigentes de las cúpulas empresariales tuvieron con el primer edil tapatío, así se lo hicieron saber.
Así las cosas, para los empresarios y muchos otros colaboradores del propio Aristóteles, Javier Galván Guerrero se ha convertido en el regidor “incómodo”, además de que han advertido que cualquier asunto en donde haya recursos económicos de por medio y esté la participación del también ex alcalde de Autlán, siempre habrá la sospecha de corrupción.
¿Qué estará pensando de todo esto Aristóteles, ante su proyecto de ser el próximo candidato del PRI a la gubernatura?