Estoy sorprendido por todo lo que se ha escrito del diputado sin partido, Pedro Kumamoto Aguilar, a raiz de que anunció ante aproximadamente 300 seguidores que el siguiente paso en su vida política será aspirar a ser senador de la República, aspiración que, incluso, algunos han calificado de “atrevida” y de ser “ejemplo de que hace las cosas diferentes”.
Y es que a Kumamoto le han “colgado” logros, triunfos o “milagritos” como si en el Congreso del Estado no existiesen 38 diputados más o como si los integrantes de la Junta de Coordinación Política están para aprobar todo lo que él propone. Lo han colocado como el “non plus ultra” de la política estatal y algunos hasta descabelladamente de la nacional.
Hoy para muchos de sus lisonjeros, Pedro Kumamoto es un ejemplo a seguir y poco les falta para establecer que la historia política de Jalisco -y quizás del país-, se divide en un antes y un después del joven político itesiano. Faltaba más.
Pero nada más alejado de esta realidad aduladora que ocupa importantes espacios en los medios de comunicación, instrumento para el que Kumamoto ha tenido un lenguaje “encantador” y una extraordinaria habilidad para manejarse en ellos. Eso, sin duda, hay que reconocérselo, pues no es fácil. Es más, ahí está la clave de su éxito. No sé si exagero al decir que Kumamoto es una obra de los medios de comunicación.
Ya el pasado 24 de enero escribí aquí en Marcatextos sobre “Las contradicciones y mentiras de Kumamoto”, bien valdría la pena leerlo o releerlo si ya lo hicieron.
A Pedro Kumamoto se le considera el “padre” de la desaparición del fuero en Jalisco y de la disminución del financiamiento público a los partidos políticos, que logró posicionar en los medios de comunicación -¡otra vez los medios!- con el hashtag: #SinVotoNoHayDinero. Solo por hablar de dos de los temas que mayor alcance han tenido a nivel nacional e internacional, luego de que se destacó que triunfó con una campaña austera que tuvo un costo de sólo 242 mil 900 pesos (19% del tope establecido por el IEPC), de los cuales  18 mil 626.25 fueron de financiamiento público y 224 mil pesos los donaron 79 simpatizantes.
Sostengo que su triunfo fue impulsado por el alfarismo.
Sin quitarle el mérito de saber aprovechar cada oportunidad que se le presenta, empezando por lanzarse como candidato sin partido -no tiene culpa del impulso alfarista a su favor, pues quizás esto ya estaba pactado-, vale referir algunos apuntes -que no son nuevos- que creo ponen los puntos sobre las “íes” y a cada quien en su lugar.

  • La iniciativa de desaparecer el fuero fue idea originar del diputado Héctor Pizano Ramos (#FueraElFuero), cuya iniciativa fue dictaminada a favor, pero no presentada ante el pleno para su aprobación o rechazo, por decisión de los entonces legisladores panistas. A ella se le sumaron otras iniciativas similares, entre ellas una de Kumamoto. Finalmente, de todas, se integró una sola y fue aprobada por el pleno.
  • La iniciativa para reducir el financiamiento público a los partidos políticos fue también obra de Héctor Pizano (#PartidosALaMitad), que propuso reducir al 50% las prerrogativas. La iniciativa de “sin voto no hay dinero”  -dinero en función de los votos obtenidos-, fue idea original -sin ese nombre, por supuesto- de la bancada del partido Movimiento Ciudadano en la pasada Legislatura local y presentada como propia por el diputado independiente Manuel Clouthier en la actual Legislatura federal, iniciativa en la que incluyó a Kumamoto.

Sin duda el acierto de Pedro Kumamoto fue haber “bautizado” ambas iniciativas y vendérselas a los medios de comunicación que sin regateo alguno se las “compraron” como de su autoría, y eso le permitió recorrer parte del país con dos “criaturas” que adoptó y que se las reconocen como sus “hijas” legítimas.
Pero aparte de lo anterior, díganme otra “hazaña” legislativa del joven diputado que lo distinga y lo haga sobresalir de los demás. Yo hasta el momento no la encuentro.
Así, pues, sin desmerecer su inteligencia y esfuerzo por hacer lo que ha hecho, junto con un grupo de entusiastos jóvenes, Pedro Kumamoto tiene todo el derecho de aspirar a ser senador, finalmente ya es todo un político que sigue el mismo camino de los políticos tradicionales, sólo que con herramientas nuevas.
Espero, en verdad, que si no cambia de opinión y quiere llegar a la Cámara alta, logre reunir las 115 mil 442 firmas que requiere para registrarse como candidato, y si lo hace, entonces que después logre convencer al 1.4 millón de jaliscienses para ganar la elección constitucional.
Se lo merece.