Por Julio César Hernández

Por demás discutible es el tema de quiénes deben de ser los restos que reposen en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres. Por supuesto que no son pocos los nombres de quienes son propuestos para ser honrado en tan especial espacio, pero también es cierto que no basta una simple propuesta para aceptarla y realizar toda la ceremonia correspondiente y ya.

No. Aceptar y admitir la colocación de los restos de un jalisciense en la Rotonda, obliga a todo un estudio y análisis de los merecimientos para ello. No basta con haber simplemente “trascendido en algo”, como ayer lo declaró el presidente de la Comisión de Cultura del Congreso del Estado, José Luis Iñiguez Gámez. Si fuera así, razón tendrían quienes pudieran proponer que fuese colocado ahí hasta quienes hayan “trascendido en algo” negativo.

Pero también es importante destacar que no siempre todo mundo quiere que los grandes hombres o mujeres jaliscienses estén en tan distinguido lugar. Es el caso, por ejemplo de la familia de Juan Rulfo, que prefiere que los restos de este escrito se queden donde actualmente se encuentran.

Basta darse una vuelta al centro de Guadalajara y rodear la plaza donde se encuentra la Rotonda, para conocer o recordar quiénes se encuentran ahí. Y ahí se encuentran personalidades que no siempre contaron con el consenso para ser ubicados en este lugar. Por las razones que haya sido, quizás todos, en su momento, tuvieron la oposición de alguien.

Ahora hay una lista de nombres de distinguidos jaliscienses que han sido propuestos para que sus restos reposen en esta Rotonda. Mencionemos a dos de ellos cuyas propuestas ahí están, pero cuyo dictamen no se ha concluído: el ex rector de la Universidad de Guadalajara, Roberto Mendiola Horta, y el inventor de la televisión a color, Guillermo González Camarena.

Pero a las de González y Mendiola, se suman ahora las propuestas para que lleguen a la Rotonda dirigentes obreros como el croquista Francisco Silva Romero y el cetemista Heliodoro Hernández García, así como uno de los fundadores del PAN, Rafael Preciado Hernández.

Sin lugar a dudas son tres nombres que generan polémica sobre los méritos que pudieran tener para llegar a estar en este espacio dedicado a los jaliscienses ilustres. Silva Romero y Hernández Loza son dos hombres del sindicalismo mexicano que vivieron sus días de gloria cuando el PRI era el partido hegemónico y cuando desde el poder político hacían y deshacían a su gusto.

Que también repartieron beneficios, sin duda. Más, sin embargo, puede haber croquistas y cetemistas que no disfrutaron de esos beneficios de estos dos líderes obreros y que quizás cuestionen los méritos de llegar en la Rotonda, como hay quienes pueden decir que se han tardado en llevarlos ahí.

Hoy es una simple propuesta al aire. Habrá que esperar si la misma se concreta o se queda ahí, en el aire.