Por Julio César Hernández

¿Qué tan manipulables son los 40 diputados locales? ¿Qué tanto definen sus decisiones en función de lo que opinan los columnistas y articulistas? ¿Cuántas decisiones han tomado en función a lo anterior? ¿Deveras el peso de los comentaristas de radio o televisión es tanto como para que los legisladores se asbtengan de tomar decisiones de beneficio social?

Estas interrogantes nos vienen a la mente tras enterarnos de las palabras del gobernador Emilio González Márquez en un evento celebrado en Puerto Vallarta de apoyo a adultos mayores, en el que –según Notisistema-, textualmente dijo:

“Y les pido a los diputados que no se dejen presionar por algunos que tienen micrófonos o pluma para escribir en los periódicos, que más bien abran su corazón y se den cuenta que 250 pesos no es ni un tanque de gasolina”.

Por supuesto que el Mandatario estatal se refería al incremento de 250 pesos en el pago del refrendo en 2008 y que es parte importante de su Ley de Ingresos presentada ante el Congreso estatal, medida que ha generado inconformidad ciudadana.

Hasta ahora, los diputados que han cuestionado el incremento al refrendo o han declarado rotundamente de que no lo aprobarán, esgrimieron razones que no demuestra que lo hagan bajo presión de los medios.

De entrada, pusieron en duda la constitucionalidad del incremento; segundo, consideran que ante el monto de recursos federales que recibirá Jalisco no se hace necesario aplicar dicho aumento; y, tercero, buscan, por supuesto, cuidar su imagen ante la ciudadania en función de sus particulares intereses, de ahí que piensan en el costo político de dicha aprobación.

¿O algún diputado de los que dijeron estar dispuestos a pagar el costo político del “placazo”, exigieron su aplicación ante la reversa del Mandatario?

No, si los diputados buscan no “despeinarse”, independientemente de lo que digamos quienes tenemos un micrófono o una pluma para escribir en los periódicos.