Por Hugo Luna

Fui testigo de un intercambio de  ideas entre un funcionario de la banca de desarrollo y un economista de izquierda en relación para solucionar la contingencia económica.

Aunque no acordaron nada, me llamó la atención que ambos coinciden en que además de ocuparse de los problemas de la actual crisis económica, debe construirse un acuerdo para hacer los cambios que fortalezcan las estructuras económicas y financieras a largo plazo.

Todos están de acuerdo en que hay que hacer algo. El enorme desacuerdo está en qué hacer y cómo hacerlo.

Casi siempre estas discusiones entre especialistas, políticos y funcionarios me dejan “hechos bolas”.

Pero hay dos aspectos. Una, que las decisiones que deben tomarse en las próximas semanas en materia económica son muy delicadas, tanto que si se comete un error, la crisis podría agravarse con todas sus consecuencias sociales.

La segunda que no es cosa sencilla, como algunos creen, eso de cambiar a los funcionarios de las áreas financieras.

No importa lo que se piense Agustín Carstens o Guillermo Ortiz. Los dos tienen algo invaluable: la credibilidad en la comunidad internacional, financiera y de negocios.

Si se hacen relevos impulsivos, caprichosos. Si se les cambiara por otros, quizá igualmente capaces, pero sin credibilidad en la comunidad internacional, pues entonces; No va a cargar el payaso.