Alfonso Javier Márquez

Es el arte de decir una cosa y hacer otra. Es la práctica más común entre los políticos. Es una regla aplicable y aplicada en el servicio público y la actividad política. Es cuando un personaje dice, por ejemplo, “yo no miento” y se puede tener la certeza de que el que lo dice es un mentiroso pernicioso. O que, otro ejemplo, diga “vamos a regresar el dinero” y no tengan la menor intención de hacerlo, por el contrario ya lo tienen completamente asignado en partidas para gastarlo. Es el mal de la Chimoltrufia.

Tarugos los del PRI que se fueron con la finta y se quemaron públicamente al sentarse en el dinero del financiamiento a los partidos producto de la reforma electoral. Tontos, porque enseñaron el cobre. Pero, pensándolo bien, ni tanto, porque al final quedó claro que los tricolores quisieron pecar de honestos –que no honrados-, pero el tiempo dejó claro que los que prometieron regresar el dinero, no solo son mentirosos, sino hipócritas e igual de beneficiarios y beneficiados por el dinero público.