Julio César Hernández
Samuel Romero Valle y Emilio González Márquez se conocieron, y desde entonces trabaron amistad, durante el primer gobierno del PAN en Guadalajara que encabezó el ahora titular de la Comisión Estatal del Agua, César Coll Carabias. Ambos fueron regidores.
Años después volvieron a coincidir en mandos de gobierno, sólo que en posición diferente: González Márquez logró la gubernatura, en tanto que Romero Valle fue integrante de la LVIII Legislatura y coordinó a la bancada del PRD, integrada por sus correligionarios Carlos Orozco Santillán y Enrique Alfaro Ramírez.
Al parecer eso no fue obstáculo para que mantuvieran su amistad iniciada en aquel primer trienio panista; inclusive, esa amistad, dicen en los corrillos universitarios, fue determinante para que uno desde Casa Jalisco y el otro desde Palacio Legislativo, hicieran una serie de acuerdos a espaldas del Grupo Universidad al que pertenecía el diputado perredista, en los que aparentemente el único beneficiado era éste último.
Vamos, en palabras comunes, a Samuel Romero Valle se le acusa de haber traicionado al Grupo Universidad y a su líder, el ex rector Raúl Padilla López, durante su paso por el Congreso del Estado.
Su osadía le costó ser fulminantemente jubilado de la Universidad de Guadalajara, sin que pasara más allá de eso, gracias a la intervención que a su favor hizo ante Padilla López uno de sus compadres.
Pero todo parece indicar que si se estableció alguna tregua al finalizar la pasada Legislatura, ésta se “rompió” como consecuencia de una “carambola” ejecutada por el Grupo Universidad, cuyo objetivo principal es el alcalde de Tlajomulco, Enrique Alfaro.
Y claro, en este todo lodazal queda salpicado también el hoy rector del Centro Universitario de la Costa, Carlos Orozco Santillán, aunque quizás con antelación se midieron los alcances del “golpe” para que éste salga lo menos afectado posible.
Así, pues, el “banderazo” que dio el PRD al exigir a la Auditoría Superior que investigue el presunto desvío de recursos de la LVIII Legislatura, en medio del cual estarían los tres ex legisladores perredistas, podría ubicarse en algo común en estos grupos: el ajuste de cuentas.
Nada más.