Por Julio César Hernández

Que quienes escucharon el siguiente diálogo entre Francisco Castillo, director jurídico del Gobierno del Estado, y Ricardo Esquivel, director jurídico del Congreso del Estado, se quedaron sorprendidos.

Esto ocurrió hace algunas semanas, cuando se discutía lo relativo al incremento a las prerrogativas a los partidos políticos, en uno de los salones de la secretaría general de Gobierno. Cuentan que Francisco Castillo les hacía ver a los asistentes que de otorgar dicho incremento al financiamiento, se verían afectadas algunas otras partidas de carácter social del presupuesto estatal.

Sin embargo, revelan que en ese momento Ricardo Esquivel lo interrumpió y, ante la sorpresa de los presentes, contradijo a Castillo y le hizo ver que no era necesario afectar esas otras partidas. Y que, palabras más palabras menos, le dijo: No, no se afectan. Acuérdate que en el 2007 cerraron la caja con 500 millones de pesos y en enero aparecieron con 4 mil 500 millones.

Aseguran que, desconcertado, Francisco Castillo le reviró a su homólogo del Legislativo: Sí, pero acuérdate que fue un error de números y a cambio les dimos 200 millones para que se los repartieran entre todos los diputados.

Si lo anterior se confirma, entonces hablamos de que en el 2007, a final de ese año, cada diputado se embolsó cinco millones de pesos cada uno, libre de “polvo y paja”.

¿Es cierto lo anterior? Hay testigos de ese diálogo sorprendente. ¿De veras hubo un “error de números” a finales del año pasado, que arrojó en caja únicamente 500 millones de pesos, y que posteriormente, como por “arte de magia”, en enero aparecieron 4 mil millones de pesos más, suficientes para repartir 200 millones entre los legisladores?

¿Podrá la Auditoría Superior del Estado confirmar en su momento la veracidad de esto que cuentan ventilaron ante varios testigos los responsables jurídicos de los poderes Ejecutivo y Legislativo? Y más vale que se investigue pronto y bien, porque ya en los corrillos políticos dicen los “mal pensados” que nuevamente en este cierre de año los diputados están “negociando” una cantidad similar, pues quienes dejarán el Congreso para buscar el próximo año una candidatura, quieren asegurar “el chivo” familiar en tanto andan en precampaña, pues no tendrán ingresos de ningún lado.