Julio César Hernández
Reza un dicho: ¿Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?
Pregunto: ¿Por qué pedir que se declare delito electoral el uso irresponsable del tema del agua en campañas políticas si basta con que tengamos, primero, candidatos honestos y responsables?
Más allá de la ironía de que la iniciativa de César Coll Carabias sería tanto como aplicarles la “Ley Mordaza”a los candidatos, por aquello de que la mayoría de sus promesas y compromisos terminan por ser mentiras, la verdad es que ya es tiempo de que los jaliscienses, en particular, y los mexicanos en general, tengamos candidatos honestos no sólo en temas financieros o de recursos públicos; no, honestos intelectualmente. Probos.
Pero si en campaña mienten y manipulan el tema del agua a cambio de un voto, también lo hacen sobre otros temas que, por lo tanto, deberían de ser declarados delitos electorales también.
El alcalde de Tlaquepaque, Miguel Castro Reynoso, explicó hace algunos momentos que el objetivo de él y sus correligionarios en campaña al prometer a la ciudadanía no incrementar las tarifas del agua potable si llegaban a las alcaldías metropolitanas no era obtener su voto sino ayudarle ante la difícil situación económica que atravesaban.
Reconoce que fue un error y que apoya la iniciativa de Coll Carabias.
¡Claro que fue un error! Por muy buena que fuera su intención. Pero ese error fue parte fundamental, no definitiva, para que ganaran la elección. Hoy, ya en el gobierno, se encuentran con el problema eterno del abasto de agua potable a la zona metropolitana y no encuentran la forma de convencer a la ciudadanía que las medidas que deben tomar, como aumentar las tarifas y crear un nuevo acueducto, por ejemplo, son necesarias para asegurar que tengan en sus hogares el vital líquido.
La ciudadanía solo pide que se le hable con la verdad, que no se le engañe, que no se le prometan “la luna y las estrellas” en pos de un voto y al paso del tiempo se olviden los compromisos adquiridos.
Los ciudadanos lo único que exigen son políticos, candidatos y gobernantes ho-nes-tos. Nada más.