Gilberto Pérez Castillo

El dirigente de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) en Jalisco, José García Ortiz, se dice desatendido por los dirigentes del partido que una y otra vez amaga con dejar, el PRI.

Dichos amagos, que no son más que eso, lo que buscan es incrementar su capacidad de negociación sin tener la necesidad de incrementar su representación sindical ni política.

Además, demuestran un mal que aqueja por estos días a varios de los que se consideran santones de la clase política priista, su frustración por no haber sido los factores de poder que decidieran que Javier Guízar Macias haya ganado la elección de dirigente estatal del PRI.

José García Ortiz es actualmente Regidor del Ayuntamiento de Guadalajara, cargo que ya había tenido en 1992. Viene de ser Diputado Federal Plurinominal. Es decir, ese partido, al que le recrimina no atenderlo, ya lo ha favorecido con tres cargos de elección popular a los que el dirigente sindical ha llegado por la vía cómoda.

Además, José García Ortiz colocó como Regidor en la pasada administración municipal de Zapopan, la que encabezó Arturo Zamora Jiménez, a uno de sus incondicionales, José Enrique López.

Para conseguir todo esto, José García Ortiz y los suyos nunca han tenido que ganarse una candidatura midiendo su verdadero peso político, ni demostrando que realmente representan algún número demostrable de votos.

Ahora, trata de conseguir que el Partido Nueva Alianza le crea que vale políticamente lo que dice y le está poniendo como condición al partido de Elba Esther Gordillo que le regalen la Candidatura a la Presidencia Municipal de Guadalajara para su incondicional José Enrique López. Por supuesto, pide la candidatura sin pasar por un proceso interno democrático.

De haber conseguido la semana pasada lo que le pidió a Nueva Alianza, José García Ortiz habría anunciado ayer su salida del PRI.

Pero como no pudo concretar el acuerdo, no le quedó más que amagar nuevamente con sus chantajes, que cada día hacen menos efecto entre los priistas.