Julio César Hernández
Desde hace meses atrás, Hernán Cortés Berumen conoció del resultado que arrojó la Cuenta Pública 2009, último año del gobierno de Juan Sánchez Aldana en Zapopan.
Conoció extraoficialmente, aun antes de que el propio Sánchez Aldana lo hiciera oficialmente, del cargo que por 1 mil 300 millones de pesos le aplicó la Auditoría Superior del Estado al ex edil zapopano.
La pregunta es: ¿Comentó en su momento con el propio Juan Sánchez Aldana lo que le había sido notificado? ¿Le explicó Sánchez Aldana qué es lo que sucedió o en qué términos de las aclaraciones estaba, si es que aun no se cerraba el proceso? ¿Establecieron alguna estrategia para enfrentar la arremetida que se les vendría cuando se hiciera público esta noticia, como ocurrió ayer?
El que Sánchez Aldana hubiera reaparecido ayer en las instalaciones del PAN, ¿es apenas el inicio de alguna estrategia de defensa diseñada desde las oficinas de la sede panista en la calle Vidrio?
También existe la posibilidad de que Cortés Berumen hubiera guardado silencio y ni siquiera al propio Juan Sánchez se lo hubiese comentado. Si así fue, ¿por qué? ¿Qué, acaso, un asunto de esta magnitud no “salpica” al propio partido? ¿O quizás consideró que al no poder defenderse de lo indefendible, lo mejor era deslindarse de cualquier acción previa, en espera que Juan Sánchez Aldana diera el primer paso para defenderse?
Ya habrá tiempo de conocer las declaraciones de Hernán Cortés sobre el “Caso Juan Sánchez Aldana”, porque también ya fue notificado de cómo viene la Cuenta Pública 2009 del Ayuntamiento de Guadalajara.