Por Hugo Luna

Más allá de las evaluaciones a los “profes” que fueron noticia y del inicio a clases, me parece que existen otras razones para analizar el tema de la educación.

La vida de los maestros en lo general es difícil. Los bajos salarios los obligan a tener dos o hasta tres chambas al día (doble plaza u horas asignadas), el trabajo educativo es arduo y difícil. Requiere de horas extra clase no necesariamente para preparar la clase, también de tiempo para calificar exámenes, tareas, el avance programático por competencias y además diseñar estrategias de cómo atender al grupo. Es una chamba compleja, ingrata, incomprendida y subestimada por la sociedad.

Visualizo que el problema no radica en los profesores, el asunto radica en la obesa estructura de la secretaria de Educación y del mismo SNTE. No hay cambios profundos porque se adolece de una política de Estado que permita la continuidad en el Programa Nacional para la Educación.

Cada sexenio, muchas de las broncas están sujetas a negociación política. Se doblegan ante la maestra Elba Esther Gordillo porque no les queda de otra o porque la línea viene de Los Pinos. Mientras no resuelvan este fenomenal problema, no se podrá atender a este asunto. Lo que seguirá ocurriendo cada año escolar, será pan con lo mismo.

Valor Agregado

¿La maestra Elba Esther Gordillo, después de su “lapsus magisterial” pertenece al nicho de siete de cada diez maestros reprobados?