Alfonso Javier Márquez

La decisión del gobernador molestó no solo a los protestantes sino a un amplio sector de los propios feligreses católicos que entienden que en este siglo la separación moderna de la iglesia y el estado no transgrede los terrenos de lo económico.

El anuncio de la donación de 90 millones de pesos para la construcción del Santuario de los Mártires Cristeros causó desde críticas hasta personas verdaderamente indignadas que abarrotaron las redacciones de algunos medios de comunicación con cartas, llamadas y correos electrónicos externando su repudio a la decisión de Emilio González Márquez de destinar ese dinero bajo la justificación de que apoyará a la generación de empleos y la promoción turística sobre todo del visitante religioso.

Dejando de lado el análisis apasionado en pro o en contra del gobierno y la iglesia el tema sube al gobernador de Jalisco al debate nacional en un momento en el que las noticias son pocas por el periodo vacacional. Es decir, cualquier nota con un poco de escándalo se convierte en primera nota en la prensa del país.

Es probable que sea esa la estrategia del equipo de Emilio González Márquez quien se dejó ver como verdadero peregrino, caminando por los senderos que llevan a visitar a Nuestra Señora de Talpa apenas un día después del anuncio de los 90 millones para el santuario.

A Vicente Fox le funcionó en su momento. Como gobernador de Guanajuato no le importó encabezar cabalgatas con el estandarte de la Virgen de Guadalupe en la mano o dejarse ver en ceremonias religiosas hasta ese entonces vetadas para cualquier funcionario público. Lo colocó en las planas nacionales, lo dio a conocer en el resto del país y eventualmente lo convirtió en un político muy popular. Tal vez sea lo que busca el equipo de Emilio que lo conozcan en el país y darle la talla que por el momento no tiene: la de actor político y serio aspirante a la candidatura del PAN.

Si hacemos un poco de memoria, el dinero para “Espacio” de Televisa y su telenovela de “Las Tontas no van al Cielo” fueron la catapulta que lanzó a Emilio a las planas de los periódicos, las televisoras y las radiodifusoras de alcance nacional. De ser el “simpático gobernador de Jalisco” es hoy “Emilio, el que paga telenovelas y construye templos”. Como sea, pero ya lo conocen.

No fue casualidad tampoco que ocurriera en Semana de Pascua, temporal religioso cristiano.

En una de las varias corrientes de la mercadotecnia política empleada por viejos personajes existe una máxima: “que hablen de ti, bien o mal, pero que hablen de ti” como método de adquisición de reconocimiento físico. Históricamente les funcionó a varios políticos. El caso mas reciente es el de Vicente Fox.

La idea es que la primera etapa sea solo para que se hable del personaje. Lo que sea pero que lo conozcan. La segunda fase, una vez posicionado el nombre –y ahora la imagen- relacionarlo en temas “simpáticos” para la sociedad. La tercera etapa es la del lanzamiento como candidato.

El método tiene su riesgo. En especial si se toma en cuenta que a Vicente Fox no le fue bien ante la opinión pública durante y después de su gestión; hoy la gente aun tiene fresca en la mente la estrategia de mercadotecnia de Fox que como en los productos fraudulentos resulto solo una envoltura llamativa con mal producto y difícilmente aceptará otra estrategia similar, aun suponiendo que el producto, en este caso Emilio, sea diferente.