Por Hugo Luna
Mientras la iniciativa privada local señala con dedo flamígero de irresponsables y caprichudos a los presidentes municipales de Guadalajara, Aristóteles Sandoval; Zapopan, Héctor Vielma y Tlaquepaque, Miguel Castro; por la negativa a la línea dos del macrobús.
Estos personajes tampoco comprenden que los ediles municipales son portavoces de las expresiones ciudadanas, a ellos se deben y para ellos gobiernan.
El mensaje pronunciado por los alcaldes contiene entre líneas una invitación al mismo Emilio González para que se suba al tren de la moderación, al de la sensatez, al de la tolerancia y cohesión social mismo que también deben abordar Miguel Alfaro Aranguren, dirigente de la Canaco; Manuel Herrera, coordinador del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco, Mauro Jiménez del Consejo Agropecuario y Javier Gutiérrez Treviño del Comce.
Una discusión importante, sin duda importante, pero a pesar de su importancia al final de cuentas el tema de la movilidad urbana para los empresarios le es ajeno.
Y le son ajenos porque la zona metropolitana no les importa en los hechos, ellos tienen otros intereses. Por ejemplo que el gobierno del estado les subsidie anualmente sus respectivas organizaciones, mismas que operan algunas, no todas; con números rojos.
Dicho de otro modo, actúan como mercenarios al servicio del gobernador en turno.
Algunos funcionarios municipales han manifestado que nunca se les vio cerrar filas en los trabajos de socialización, es decir salir a la calle a promover los beneficios de BRT con los vecinos involucrados.
Solamente se les veía reunidos en sus cómodas instalaciones dictando acciones a realizar en pro del macrobús y denostando la actitud de los munícipes.
A pesar de su arrogancia y su supuesta modernidad, no son tan distintas a la metrópoli jalisciense.
No se vale escandalizarse con la postura de los gobiernos municipales, el sector empresarial pelea el poder, y tampoco entienden razones por su incongruencia institucional.