Por Julio César Hernández

Fue de los pocos candidatos a presidentes municipales que puede presumir de haber tenido al entonces candidato a la Presidencia de la República de su partido, Felipe Calderón Hinojosa, en su cierre de campaña.

En ese entonces, Absalón García Ochoa generaba amplias expectativas entre la población que pretendía gobernar. La mayoría de los ciudadanos de Ocotlán, le dieron el triunfo.

Y a partir del uno de enero de este 2007 comenzó a gobernar su municipio.

Pero apenas han transcurrido ocho meses y su gobierno se caracteriza ya como el mayor violador de los derechos humanos.

El número de quejas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos registra un incremento importante que puso en alerta a su titular, Felipe Álvarez Cibrián, que se vio obligado a presentarse personalmente en ese lugar. De acuerdo a los números de la CEDH, el número de quejas se incrementó en un 320 por ciento. La gravedad del asunto reside, entre otars cosas, en la presunción de la existencia de una policía encubierta que prácticamente asola a la población.

Ahí en Ocotlán el PAN, que encabeza Eduardo Rosales Castellanos, debe de estar muy alerta, pues no es posible que uno de sus gobiernos municipales se caracterice por represor, lo que, además, es signo inequívoco de que su permanencia en el poder por otros tres años -en los comicios del 2009-, está en peligro.

Y pensar que Felipe Calderón lo presumió, a Absalón García, ahí en plena plaza, como que sería un excelente alcalde.