Por Julio César Hernández
 
Que el ahora flamante magistrado electoral Rubén Vázquez, se “sacó la lotería” sin comprar boleto, pues en su proyecto político no estaba obtener el “premio gordo” sino, a lo más, lograr reintegro.
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Pero a partir de hoy estará ahí en el Tribunal como representante del PRI, aunque nos quieran vender otra idea. Y lo será en tanto no demuestre lo contrario.
 
El pasado lunes cinco de mayo nos referimos a Rubén Vázquez como el “hombre orquesta” del PRI, por la gran cantidad de cargos y responsabilidades que había logrado acumular en el poco tiempo que tiene su compadre Javier Guízar Macías como dirigente del tricolor, a los mismos que, seguramente, tendrá que renunciar ahora que tendrá su despacho en el inmueble de López Cotilla.
 
Si aquel lunes no tuvo oportunidad de leer el texto referido, tome papel y lápiz y anote los cargos y responsabilidades que tenía al mismo tiempo el magistrado Vázquez:
 
– Secretario de Registro Partidario del PRI (o sea, miembro del Comité Directivo Estatal del otrora partidazo).
– Coordinador del Movimiento Democracia 2000 (corriente interna del PRI).
– Secretario técnico de la Comisión de Ciencia y Tecnología en el Congreso del Estado, que preside el ex dirigente Javier Galván.
– Integrante de la Comisión Política Permanente del PRI.
– Consejero Político Estatal del PRI.
– Ex delegado del PRI en Autlán y en Tlajomulco, para la renovación de la dirigencia municipal.
 
Y en los corrillos priístas se aseguraba que, a la vez, hacía el papel de “coordinador de campaña” de Eduardo Almaguer para lograr la candidatura a la dirigencia municipal del PRI en Guadalajara. 
 
Ahora, ya como magistrado electoral, Rubén Vázquez tendrá que demostrar que pese a todo ese historial personal de una fuerte militancia partidista y pese a su compadrazgo con Guízar Macías, es capaz de asumir un digno papel como integrante del Tribunal Electoral del Estado, donde ojalá y lleve a los hechos aquellos incendiarios discursos a favor de la democracia que reclamaba al interior del PRI, en sus años mozos de dirigente juvenil.
 
En una palabra, sólo se le pide que sea profesional e institucional en su función, para que al final de su gestión pueda comprobarse que no fue el representante del PRI en este órgano electoral. ¿Podrá?