Julio César Hernández
La aprobación que hizo el Senado de las candidaturas ciudadanas dentro de la reforma política, ¿significa una derrota para los partidos políticos en México que se vieron rebasados por los excesos en que incurrieron sus dirigentes?
Antes que autoanalizarse, corregir los errores cometidos y poner un alto a la partidocracia en el que prácticamente sumieron a la vida política, social y económica del país, los senadores decidieron abrirle la cancha a aquellos aspirantes a un cargo de elección popular a postularse sin necesidad de formar parte de un partido político.
Sí, pero que nadie eche las campanas a vuelo porque aun falta por conocer la reglamentación que regirá estas posulaciones, empezando por el camino que deberán seguir para recabar los recursos económicos para sus campañas electorales. ¿El Estado aportará a un candidato independiente, ciudadano, los instrumentos necesarios para su postulación? ¿O el aspirante tendrá que recabarlo de la ciudadanía en general? ¿Qué “candados” aplicarán para evitar que en estas candidaturas llegue dinero del crimen organizado?
Estas y muchas otras preguntas más son las que dejan pendientes los senadores en la aprobación de las candidaturas ciudadanas y que seguramente poco a poco iremos despejando. ¿Se alcanzará a hacer antes del uno de octubre cuando oficialmente arranca el proceso electoral del 2012?
No es que seamos escépticos, lo que pasa es que “la burra no era arisca… la hicieron”. Y por ello los partidos políticos, con esta aprobación, no entregarán en bandeja de plata el poder y el control del mismo a las candidaturas ciudadanas. Y si no, al tiempo.
¡Ah! Y de la reelección legislativa a la que también le dieron “luz verde” los senadores, hablaremos más adelante.