Por Julio César Hernández

El gobernador de Colima, Silverio Cavazos Ceballos, advirtió en una declaración radiofónica que existe el riesgo de un enfrentamiento entre policías de su entidad y de Jalisco, e inclusive hasta podría haber muertos, si de este lado insisten en llevar a cabo labores en la zona en disputa, como las obras hidráulicas que fueron clausuradas en la zona de El Rebalse.

Esto lo expresó luego de conocerse que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) negó el recurso de reclamación promovido por el municipio de Cihuatlán, con lo que éste queda impedido de realizar obras en el ejido El Rebalse, en tanto que a Colima le permite seguir efectuando actos de gobierno.

Pero no sólo eso, sino que se reveló que la Suprema Corte dejó de conocer la controversia constitucional que promovió también Cihuatlán en contra Manzanillo y contra el gobierno colimense, para que sea el Senado de la República –que tiene en sus manos el conflicto limítrofe- quien resuelva.

¿Cuál es el propósito de las autoridades jaliscienses para enrarecer el ambiente en torno a este conflicto que está dirimiéndose en el Senado? Y nos referimos a las autoridades de Jalisco porque hasta el momento las de Colima no han llevado a cabo acción alguna que violente los tiempos de calma y receso que debe de existir en tanto la Cámara alta no defina respecto a la propiedad de la zona en disputa.

Por mucho que Jalisco reclame como suya esta zona, al estar en la misma posición la entidad vecina, lo mejor es esperar a que el Senado dictamine, ya sea a favor de uno o de otro estado, o, bien, que se declare incompetente para conocer del caso.

Además, habría que esperar también a que el propio Senado dé cauce a la iniciativa que envió Jalisco, a través de sus senadores, para que sea la Suprema Corte la que retome el análisis y la resolución de este conflicto.

Por eso no se entiende por qué el gobierno municipal de Cihuatlán ha actuado de la manera como lo ha hecho, elevando la tensión social en la zona y poniendo en riesgo a los pobladores de la misma o a los elementos de seguridad de ambas entidades. Es tanto como estarle echando gasolina al fuego.

Y viene la duda: ¿Actuarán por iniciativa propia o hay una “mano que mece la cuna”? Porque no se trata de llevar a los hechos aquella famosa frase que de “