Alfonso Javier Márquez

 

El gobernador sabía perfectamente que la controversia constitucional no procedía. Fernando Guzmán Pérez Pelaez, también lo sabía, se lo dijo, y acordaron de todos modos presentarla. La intención no era ganar en el campo jurídico, sabían que perderían, la intención era dar un golpe mediático, enviar un mensaje a la sociedad de que Emilio González está del lado de la gente.

Paralelamente al documento presentado ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación se preparaba una campaña publicitaria que dejaba claro el mensaje: el gobernador esta del lado de los ciudadanos.

La estrategia por lo menos tiene un objetivo claro: fijar la postura del gobernador en torno al conflicto de los millones para los partidos políticos por la vía de la reforma electoral pero viene a enrarecer el ambiente, a polarizar posiciones y a generar un ánimo de enfrentamiento entre el poder ejecutivo y el legislativo, tras el cual están activamente los partidos políticos, incluido el del propio gobernador, Acción Nacional.

El sueño de todo político es lograr la unidad; es decir, que la opinión de mayoría de la sociedad se unifique favorablemente en torno a un asunto. El spot del gobierno del estado logró lo que ningún otro gobernador ha logrado en muchos años de historia de Jalisco: unir a los partidos políticos: El detalle es que los unió en su contra.

Adicionalmente, el gobernador y sus asesores no calcularon que con la inclusión de su nombre en el material que se difunde violan la ley. La misma regulación que dio origen a todo este embrollo, la que arroja la Reforma al  Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales. La violación es flagrante y el mal manejo jurídico de a situación

El mandatario compró un boleto que le viene a complicar las cosas en materia política. De por si, ya estaba confrontado con una buena parte de su partido que no solo domina el congreso y a los demás partidos, sino buena parte de los ayuntamientos. Ahora, el enfrentamiento es abierto y tiene nombre: El Código Electoral del Estado de Jalisco.

No porque esté de acuerdo con el incremento exagerado que se pretenden dar los partidos políticos como consecuencia de la modificación de la legislación electoral, pero viéndolo desde el punto de vista del gobierno del estado, hubiera resultado menos lastimoso dejar que la legislación siguiera su curso y achacarles a sus creadores, los diputados, toda la responsabilidad como si el ejecutivo fuera solo un tercero en discordia. Pero no, el gobernador se dejó “calentar” por el grupo de empresarios lambiscones que permanentemente se mantienen como sus fieles escuderos en todos los temas: Los hermanos Gutiérrez Treviño y el presidente de la Canaco, José María Andrés Villalobos, entre otros.

Fuero esos empresarios los que, engallados por el reciente enfrentamiento que habían tenido con el Congreso que filtró a los medios de comunicación que ellos son también beneficiarios el dinero público –y regalado- lo que los impulso a convencer al gobernador y pedirle públicamente que llevara a controversia el código. Hoy Emilio tendrá que tratar de avanzar en su proyecto en condiciones aun más desventajosas que antes del asunto, con el Congreso abiertamente en su contra y con el ridículo de haber perdido esa batalla jurídica.