Julio César Hernández
El Arzobispado de Guadalajara llegó a la conclusión de que los argumentos que sostuvieron los ministros de la Suprema Corte de Justicia para determinar que los homosexuales pueden adoptar menores fueron “mas de carácter filantrópico, considerando sus supuesto derecho de adoptar, ignorando los derechos de los niños”.
“Sus deliberaciones de carácter legal son muy endebles, más bien son filantrópicas al decir: ‘bueno, ellos (los homosexuales) también son personas…”, señaló el vocero, padre Antonio Gutiérrez Montaño, quien reveló que los integrantes de la Corte se habían comprometido a posponer su resolución al respecto, hasta no conocer algunos estudios y experiencias en otros países.
Gutiérrez Montaño reveló que algunos Ministros se reunieron con integrantes del Instituto Mexicano de Orientación Sexual, quienes les presentaron un estudio donde, por ejemplo, señalaban que un menor adoptado por una pareja de homosexuales sufría tres veces más depresión que cualquier otro hijo de una pareja heterosexual.
El padre Gutiérrez señaló que si los Ministros se hubiesen basado en estudios científicos, hubieran negado la adopción a los homosexuales. “No es que no los conocieran (los estudios), ellos los tenían a la mano, se los habían presentado, ellos lo sabían”.
Aclaró que la postura de la Iglesia Católica tampoco es, como algunos lo han dicho, antilaica. “Se trata de un orden natural, se trata de la presentación de argumentos científicos. Tampoco es una posición sentimental de que por el hecho de que los mexicanos somos mayoritariamente católicos, los Ministros tienen que actuar bajo el pensamiento católico”.
Negó también que la mayoría de los mexicanos esté de acuerdo con la resolución de la Suprema Corte, sino que hay muchos que no se atreven a hablar y a manifestar su rechazo, mientras que “los que se oyen más son quienes hacen declaraciones estridentes, ruidosas, y por eso aparentan que son la mayoría”.
Por último dijo que si bien legalmente no hay nada qué hacer frente a la decisión de los Ministros de la Corte, el clero seguirá alzando su voz para manifestar su desacuerdo.