Por Julio César Hernández

En el cierre de la semana que recién acaba de concluir, los priístas nos hicieron olvidar por un momento el polémico tema de los 90 millones de pesos, con la lucha de fuerzas que protagonizaron el rector de la Universidad de Guadalajara, Carlos Briseño Torres, y el senador Ramiro Hernández García, con la presentación de sus respectivos informes.

Varias lecturas obligan ambos eventos y análisis desde diversos ángulos.
Aunque ellos digan lo contrario o aseguren que hoy lo único que les interesa es cumplir con la encomienda que tienen asignada, la verdad es que Briseño Torres y Hernández García aspiran a ser el candidato del PRI a la gubernatura.

Es cierto, los dos lo han dicho, para eso falta aun mucho tiempo. Pero ante el derrotero que ha tomado la política hoy en día, ambos trabajan ya, con paciencia y “tejiendo fino”, el terreno propicio para el objetivo final.

El escenario que rodeó a ambos informes (los personajes asistentes a ellos), no son más que “fintas” o una “pincelada” de muestra de lo que son capaces de hacer más adelante, cuando se dé la verdadera lucha por la candidatura priísta.

Sin embargo, los movimientos que han hecho Carlos Briseño y Ramiro Hernández, con sus respectivos aliados, van encaminados primeramente a ganar terreno y espacios con miras a las elecciones del 2009, y la elección de dirigentes municipales podría ser el primer “round” de esta pelea por el 2012.

Es demasiado inocente creer que hoy, por fin, el PRI aprendió y está dispuesto a llevar a cabo elecciones verdaderamente democráticas cuando se ha decidido que 123 elecciones de dirigentes municipales sea a través de los consejos políticos.

Vamos, esos consejos responden a intereses muy bien identificados con los grupos de poder en cada municipio o, bien, están mayoritariamente controlados por los dirigentes que van de salida y que son quienes “integraron” el consejo vigente.

Decir lo contrario es tratar de engañarse solos o faltarle el respeto a la inteligencia de la militancia.

La elección de nuevos presidentes de los comités es, pues, la primera batalla al interior del PRI, cuya primera estación son los comicios intermedios del año próximo.

En este primer capítulo está la interrogante también de si el senador Ramiro Hernández decide probar suerte y busca la candidatura a la alcaldía de Zapopan, en un intento por colocarse en la antesala de la correspondiente al gobierno estatal, o decide trabajarla desde la Cámara Alta, abordando desde ahí asuntos de interés local como el conflicto de los límites territoriales con Colima o el saneamiento de las aguas del río Santiago, o de interés general, como el que tiene que ver con los medicamentes genéricos.

El rector Carlos Briseño, si bien necesita cubrir uno de los principales requisitos para ser candidato a Gobernador, no se angustiará por ello y se mantendrá al frente de la máxima Casa de Estudios en la entidad, pues desde ahí ha comenzado a trabajar la forma de cubrir ese pendiente.

Y de este pendiente ya hablaremos en próximas entregas.