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Julio César Hernández
¿Está destinada Guadalajara a no ser la sede de los Juegos Panamericanos?
En tiempos de César Coll Carabias la capital tapatía buscó ser sede de la justa deportiva programada para el 2003, pero se perdió frente a Santo Domingo -también compitió Colombia- por, entre otras, razones de la entonces inseguridad pública que campeaba en la zona metropolitana.
El año pasado se volvió a contender y, ahora sí, se ganó. Sin embargo, a lo largo del camino que se ha tenido que recorrer ha quedado de manifiesto que uno de los principales problemas que tienen los gobiernos panistas -tanto estatales como municipales, desde 1995 a la fecha- es la falta de verdaderos y efectivos operadores políticos que lleven a buen puerto las negociaciones o los acuerdos establecidos.
La verdad es que desde que se concretó la sede para Guadalajara, los traspiés han sido la constante. Y ejemplos en cada una de las etapas hay de sobra:

  • Primero, las dificultades enfrentadas para lograr convencer a los vecinos del Parque Morelos de la conveniencia de que ahí se levantara la Villa Panamericana y, luego, para que vendieran sus propiedades.
  • Segundo, lo que fue ofrecido como una Villa Panamericana de primer mundo, con edificios de “firma” que ofrecerían otro escenario para esa zona tan deprimida del Centro Histórico, quedó en una “muralla” de departamentos en forma de “L”.
  • Tercero, se “vendió” que dicha Villa Panamericana sería un inigualable oportunidad para repoblar el Centro Histórico, pero ahora nos dicen que el Gobierno del Estado adquiriría el 25% de los mismos para instalar más oficinas burocráticas, en tanto que Pensiones haría otro tanto y algunos departamentos más estarían a merced de particulares que pretendieran lo mismo.
  • Cuarto, aseguraron que la contratación del crédito millonario era impostergable para antes de que concluyera julio y, sin embargo, estamos por entrar a la última semana de agosto y apenas se abordó el asunto en el Cabildo tapatío.
  • Quinto, se nos dijo que para construir las Villas era necesario endeudarnos por mil millones de pesos, después ya lo matizaron y le agregaron el “hasta” mil millones, para posteriormente bajar sus pretenciones y plantear que el endeudamiento podría quedar en 500 millones y cerrar con un “lo que quieran proponer los regidores del PRI”.

¿Cómo es que un proyecto de tal magnitud puede ir sumando tropiezo tras tropiezo por la falta de un buen operador político que allanara el camino en cada uno de los pasos que había que dar para sumar puntos a favor y cubrir cada etapa de acuerdo a lo calendarizado?
Que es un fracaso para Alfonso Petersen Farah, lo es. Sin duda. Y para todos los regidores panistas que le apostaron a un triunfo electoral en cinco de julio pasado, pero que para su mala suerte los agarró “con los dedos en la puerta” al haber sido derrotados.
Hoy enfrentan y pagan las consecuencias de muchos factores que resulta largo enumerar. Y la responsabilidad de que se haga la Villa Panamericana para que los Juegos se celebren aquí, sigue siendo de ellos, no de quienes aun no asumen el gobierno.