Por Julio César Hernández

Por más operaciones que se hicieron para suspenderle sus derechos partidistas al regidor tapatío Alejandro Madrigal, no pudieron y el Comité Municipal del PAN en Guadalajara propone que únicamente sea amonestado, por haber votado a favor de una iniciativa que no fue puesta a consieración del alcalde Alfonso Petersen ni de su coordinador José María Martínez Martínez.

Y es que para nadie fue un secreto que el propósito de inhabilitar a Madrigal era dejarlo fuera de la contienda por la dirigencia panista que hoy encabeza Alfredo Argüelles Basave, y que le disputa el también delegado de la Procuraduría Agraria, José Manuel Romo Parra.

Aquí el problema es que mientras Alejandro Madrigal es el candidato del grupo de Emilio González y Herbert Taylor, Manuel Romo lo es de la corriente de Eduardo Rosales Castellanos.

De tiempo atrás, Romo Parra sabía que Madrigal no sería inhabilitado. Y es que de haberlo hecho hubiese sido un craso error que quien hubiera pagado los “platos rotos” era precisamente el propio Romo. ¿O alguien iba a creer que la suspensión del Regidor tapatío era cosa fortuita que nada tenía que ver con la contienda por la dirigencia municipal panista?

Y es que el dirigente estatal, Eduardo Rosales Castellanos, se “aceleró” al pronunciarse o advertir que Alejandro Madrigal podría ser expulsado, cuando no había los elementos para comprobar que él hubiera incurrido en faltas que ameritara una sanción de ese tamaño.

Ante eso, de inmediato quedó evidenciado el interés y propósito de la dirigencia estatal.

Así, pues, no hay nada en el horizonte que pudiera impedir que Alejandro Madrigal contienda por ser el presidente del PAN en Guadalajara, en una pelea que se aprecia pareja ante José Manuel Romo Parra.

Entre los panistas se maneja que este es un “descalabro” para Rosales Castellanos.