Por Julio César Hernández

 

Hoy este amplio texto es obligado. No hay de otra.

 

La polémica y las abrumadoras manifestaciones de inconformidad ciudadana por la aportación de 30 millones de pesos -y 60 millones más prometidos a entregar más adelante- del erario público para la construcción del Santuario de los Mártires, comienzan a colocar a las autoridades estatales y al representante de la Fundación Pro Construcción de esta obra, Juan Manuel Hernández, en una posición incómoda que los ha hecho caer en contradicciones.

 

Y si sigue hablando cada quien por su lado, seguramente que se seguirán “hundiendo” en contradicciones y al rato nos van a decir que no existe donativo alguno y que la entrega de los 30 millones de pesos sólo existió en nuestra imaginación.

 

El lunes 24 de marzo, en un acto sobre lo que se denominó “Turismo religioso”, celebrado en Casa Jalisco, y ante la presencia del cardenal Juan Sandoval Iñiguez, el gobernador Emilio González Márquez habló de esta magna obra de la que destacó el atractivo turístico en que se convertirá ya concluído, y dijo concretamente:

 

“(…) Este Santuario de los Mártires será el eje del turismo religioso en Jalisco, un nuevo eje.

 

“Por ello, ante una obra que tiene un valor de dos mil millones de pesos, el Gobierno del Estado ha decidido apoyar. Dos mil millones de pesos es el valor de la derrama del turismo religioso sólo en la zona de Los Altos y sólo durante el 2007; por lo tanto, todo lo que el Gobierno del Estado pueda invertir para apoyar esta obra, estamos seguros que regresará con dividendos en empleo, en flujo económico y en impuestos pagados, lo que permitirá al Estado recuperar de manera muy rápida la inversión que está dispuesto a hacer en este proyecto.

“Esperamos que una vez concluído, así como en Los Altos, en sólo un año fueron casi dos mil millones de pesos, el valor de la inversión se recupere también en los primeros años de existencia. Por ello el Gobierno del Estado ha decidido, un servidor ha decidido, apoyar esta obra con la inversión de 90 millones de pesos para fomentar el turismo religioso…”.

 

El secretario general de gobierno, Fernando Guzmán Pérez Peláez, ratificó lo dicho por el Gobernador, en un artículo periodístico titulado “El Santuario, promoción de Jalisco”, publicado el domingo pasado. Pérez Peláez asienta en su texto:

 

“Efectivamente, la aportación de 90 millones de pesos para el Santuario de los Mártires Mexicanos, cuya primera exhibición por 30 millones se realizó la semana pasada, no está señalada en ningún renglón del del Presupuesto de Egresos 2008 ni aparece como tal en el Plan Estatal de Desarrollo, pero el impulso al turismo y la generación de empleos son objetivos trascendentales que sí se plantearon en estos documentos”.

 

Ahora, el representante de la Fundación Pro Construcción del Santuario que recibió el cheque por los primeros 30 millones, Juan Manuel Hernández Méndez, nos quiere “vender” otra historia sin importarle contradecir al Gobernador y al Secretario General de Gobierno.

 

En una entrevista difundida ayer en Notisistema y publicada hoy en el diario Público, asegura que ni un sólo peso de esos 90 millones será destinada ¡a la construcción del Santuario! sino para la construcción de otras obras con carácter social que estarán anexas al templo, cuando ni González Márquez ni Guzmán Pérez se han referido a ellas.

 

Hernández Méndez asegura que con esos 90 millones se construirán: una escuela de enfermería, un hospital, un comedor social, la sede de Cáritas y unos dornitorios para los peregrinos. Nada más. Pero ¡ni un peso para el Santuario!

 

¿Quién le va a creer al señor Juan Manuel Hernández? ¿Entonces dónde queda eso de promover el “turismo religioso”? ¿Se pretende promover construyendo un dormitorio, un hospital, un comedor, una escuela de enfermería? ¿Dónde están los proyectos y costos de estas obras? ¿Por qué 90 millones, entonces para esto?

 

Insistimos: entre más hablen, más se “hunden”.

 

Bien harían Emilio González y Fernando Guzmán en recomendarle, pedirle, solicitarle o exigirle al señor empresario Hernández Méndez, de que “calladito se ve más bonito”, pues nadie le cree ni una palabra de lo que dijo.