Gilberto Pérez Castillo

Tomar el dinero y salir corriendo es característica de los ladrones, pero no lo debería ser de un presidente del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Jalisco.

José Luis Castellanos González fingió que le interesaba la institucionalidad del Estado, que se oponía a que el Congreso del Estado impusiera un nuevo Instituto a modo y que se negaba a ser removido para poder sancionar a los partidos como se merecen.

Pero, como era de esperarse, todo era una puesta en escena que trataba, en vano, de esconder su verdadera motivación: el dinero.

Tal vez porque está consciente de que no se lo merece y de que los millones de pesos que se embolsó son ilégitimos, José Luis Castellanos salió por la puerta trasera en cuanto recibió el cheque; sin darle la cara a los jaliscienses, quienes finalmente fueron los que le pagaron el dinero que no supo ganarse.

Con él como punta de lanza, el resto de los Consejeros irán dando también su propio color, el de la ambición.