Julio César Hernández
Hace días atrás, en el Palacio Municipal de Guadalajara “pegaron el grito en el cielo” porque el secretario de Vialidad, Diego Monraz Villaseñor, aseguró que el proyecto vial de La Minerva -que incluye un túnel-, estaba “muerto” y que no se efectuaría.
Cuando le pregunté a Monraz Villaseñor, hace 15 días en el programa radiofónico Desayunando con 1070, quién fue su fuente para hacer esa declaración o simplemente se la “voló”, aseguró que se lo dijo un colaborador muy allegado al alcalde Jorge Aristóteles Sandoval Díaz.
Al paso del tiempo, no queda otra que coincidir con Diego Monraz: este proyecto de La Minerva está “muerto”.
Y si se confirma la próxima semana, cuando se haga oficial la postura de la autoridad municipal, éste se sumará a los ya varios fracasos que ha registrado la administración de Aristóteles Sandoval como es la adjudicación para la renta de patrullas y la adquisición de computadoras laptos, así como frustrados nombramientos de colaboradores como Rosa del Carmen Álvarez y Augusto Valencia, sólo por mencionar dos casos de cada rubro.
¿Y por qué coincidimos con Diego Monraz? Por las propias declaraciones de Airtsóteles Sandoval, quien ayer dijo:
“El túnel de La Minerva está en el proceso de socialización; si la mayoría de vecinos se pone no se va a construir. Se hará una inversión de acuerdo a los vecinos y a los habitantes de Guadalajara”.
No se necesita ser adivino para advertir que la oposición vecinal y el tiempo, de cara a los Juegos Panamericanos, serán las razones que terminen por darle otro revés a la administración aristoteliana.
¿O acaso el edil tapatío se arriesgará a que de imponer esta obra le organicen plantones y bloqueos en esta atiborrada zona? ¡Por supuesto que no!
Y si no, al tiempo.