Gilberto Pérez Castillo
Jorge Aristóteles Sandoval, el presidente municipal de Guadalajara, pagó muy caro la superficialidad con la que ha venido enfrentando el tema de la movilidad en la ciudad.
Sacándose de la manga una y otra vez proyectos irrealizables -tales como un tren elevado, un túnel vehicular por el centro histórico de Guadalajara y un nuevo túnel para cerrar la glorieta Minerva- Aristóteles sólo consiguió que Guadalajara, la ciudad que gobierna, se quedará fuera de las multimillonarias inversiones que hoy se anunciaron para construir una nueva línea de tren ligero de Tlaquepaque a Tlajomulco y un tranvía en Zapopan.
El actual alcalde de Guadalajara ha ido consolidando un estilo de gobernar que mucho anuncia y nada concreta, de mucho espectáculo y puestas en escena para los medios de comunicación, pero de muy escasa eficacia.
Esa irresponsable actitud sólo ha conseguido que Guadalajara poco o nada avance en esta administración para resolver los problemas de una ciudad a la que le urgen más soluciones y menos espectáculo.