Por Julio César Hernández

“¡Ya esperaba ganar una…!”, suelta riéndose el senador Ramiro Hernández García, quien fungió como delegado del CEN del PRI en Yucatán, donde el PRI recuperó la gubernatura con una ventaja de poco más de siete puntos porcentuales sobre el PAN.

Entrevistado vía telefónica, Hernández García rechaza que el triunfo priísta repercuta en que sus bonos personales se vayan hacia arriba.

“No, yo pienso que todo tiene cuentas separadas. Mi actividad la hago en Yucatán y es significativo el reconocimiento, pero todos los priístas sentimos una gran motivación. Ahora tengo que chambear en Jalisco, donde tengo una gran responsabilidad”, dijo con voz que denotaba cansancio y desvelo.

Cuestionado sobre si el triunfo yucateco lo hacia merecedor de una “estrellita” en la frente por parte de Beatriz Paredes, el senador jalisciense reconoció que en la vida “nada más cuentan las malas, pero espero que esto (la victoria de Ivonne Ortega) si cuente (a mi favor)…”.

Sin embargo, recordó que no es la primera victoria que obtiene, pues refirió que cuando él asumió la dirigencia estatal, el PRI logró en las elecciones del 2003 la mayoría en el Congreso del Estado y ganó en la mayoría de los municipios. Confesó que para él, este triunfo tiene un gran significado, pues el PRI recupera plazas difíciles que se habían convertido en bastiones de otros partidos y donde el suyo siempre quedaba debilitado.

Pero ahora, reiteró, la victoria en Yucatán “¡nos da bríos para seguir adelante!”.