Gilberto Pérez Castillo
Los ciudadanos no votaron por los candidatos del PRI en la zona metropolitana para que repitieran los vicios de los viejos políticos priistas que fueron rechazados en 1995.
Los ciudadanos esperan que los jóvenes alcaldes metropolitanos del PRI diseñen una nueva forma de hacer política, desde un priismo realmente renovado.
Pero parece que Jorge Aristóteles Sandoval no lo entiendo y en los primeros diez meses de su gobierno se ha empeñado en parecerse más a la vieja guardia priista que en aportar una nueva forma de hacer política y gobernar.
Compromisos incumplidos, nombramientos de personajes de dudosa reputación o que no cubren el perfil del cargo que ocupan, asignación de obras y contratos bajo graves sospechas, utilización de los recursos públicos para la autopromoción, sustitución de los resultados por la oratoria hueca y la obsesión de dedicarle el tiempo a la búsqueda del siguiente cargo -antes de cumplir con el que se tiene- son algunas de las características del viejo PRI que el alcalde de Guadalajara parece traer en su ADN.
Este perfil, además de su incapacidad para erigirse en líder de los alcaldes metropolitanos, tienen a Aristóteles Sandoval en un momento crucial para su futuro político: o demuestra que realmente trae algo valioso que ofrecer a los ciudadanos -que no sean peinados, trajes y zapatos de marca, recursos oratorios y puestas en escena- o entrará a un tobogán que llevará su carrera política en un franco descenso.