Por Julio César Hernández

Cómo estarán de álgidas las cosas en el priísmo zapopano que anda circulando la versión de que el actual encargado de la presidencia, Carlos García Arellano, se lió a golpes con el ex dirigente del partido y hoy colaborador de Emilio González Márquez en el gobierno estatal, Salvador Rizo Ayala.

Las versiones –que ya llegaron a oídos del propio García Arellano-, refieren que García Arellano puso su mano extendida en el rostro de Rizo Ayala y con fuerza lo aventó contra el piso.

Cabe señalar que esta no es la primera vez que circula una versión de un presunto pleito de Carlos García.

Semanas atrás se ventiló un presunto pleito entre García Arellano y el ex alcalde Arturo Zamora Jiménez, una tarde en el restaurante “La Estancia Gaucha”.

Sin embargo, todo ha quedado en simples versiones que nadie ha podido corroborar, ya que tampoco nadie ha confesado haber sido testigo de sendos enfrentamientos.

Es cierto, como lo dijimos ayer, son los grupos en torno a Carlos García y a Arturo Zamora los que buscan la dirigencia municipal del PRI en Zapopan.

Pero el propio Carlos García niega que todo lo anterior sea cierto. Aseveró que no ha sostenido pleito alguno ni con Zamora Jiménez ni mucho menos con Rizo Ayala.

Reconoce que sostiene una lucha con el grupo zamorista –del que forman parte Nicolás Orozco, Jesús Casillas y Abel Salgado- por la dirigencia municipal, pero no al grado de enfrentarse a golpes con el ex candidato a gobernador.

Y en el caso de Salvador Rizo, aseguró que éste ha sido “muy solidario conmigo. Con él tengo una excelente relación; es más, hace días me invitó y fui a la boda de su hija…”.

García Arellano achacó la invención de esas versiones a sus adversarios políticos. “Me quieren sacar de que soy muy ‘bronco’… tratan de descalificarme y ahora dicen que estatutariamente no puedo ser dirigente…

“Pero yo les digo que alguien me demuestre que el Consejo (Político) me nombró presidente del comité…”.

García Arellano confirmó la reunión de ex alcaldes y ex dirigentes en casa de Jorge Humberto Chavira Martínez, como la referimos ayer en este espacio, en donde se abordó la situación que vive el priísmo jalisciense, particularmente en la batalla por la dirigencia municipal.

Contó que ahí se comentó la conveniencia de que el nuevo dirigente fuera electo por el Consejo Político y que si se lograba sacar un candidato de unidad, sería mucho mejor.

A esto, García Arellano les preguntó qué querían decir con eso, que si un candidato de unidad significaba “unanimidad” o “mayoría”. La respuesta fue el silencio de los asistentes.

Y es que él asegura tener el apoyo mayoritario de los consejeros políticos, aunque acepta que los zamoristas no están a su favor, de ahí que se pronuncia porque el candidato de unidad sea quien tiene el respaldo de la mayoría.

Así, pues, las “luces rojas” siguen encendidas en el priísmo zapopano donde los “golpes bajos” –que no fisicos, aclara Carlos García- y las descalificaciones, están a la orden del día.

Y la verdad que no exageramos.