Por Hugo Luna
Aún no hemos puesto suficiente atención a la encrucijada en que se encuentra una de las columnas fundamentales de la estabilidad en nuestra sociedad. No le hemos dado la atención necesaria al conflicto que enfrenta el Instituto Mexicano del Seguro Social.
El IMSS y su dirigencia sindical han negociado modificaciones al contrato colectivo de trabajo. Una de ellas es la que tiene que ver con la edad a que se jubilan los trabajadores del IMSS.
Actualmente un trabajador del IMSS se puede jubilar apenas pasados los 50 años, o sea, cuando cumple 28 años en el empleo. Se jubila con el importe de su último salario. Se quiere que ahora se jubilen, como todos los demás trabajadores, o sea a los 60 ó 65 años.
Eso le daría un respiro a la difícil situación del Instituto.
También es cierto, los trabajadores del IMSS que se oponen a los cambios en el contrato colectivo alegan que ellos no son culpables de la situación difícil del instituto. Y pueden alegar que el Estado les ofreció las prestaciones que ahora tienen. Y podrán tener razón.
Pero está en juego la existencia misma del IMSS y la existencia de la seguridad social para millones de mexicanos que están afiliados al Instituto.
Sin el IMSS, millones de mexicanos y mexicanas quedaríamos indefensos, expuestos a la depredación en que se ha convertido la asistencia médica privada.
Si, como dicen tantos trabajadores del IMSS, quieren tanto al instituto al que han dedicado su vida, quizá sea el momento de la reflexión.
Quizá sea el momento en que contribuyan a salvar al Seguro Social.
Y de paso, salvarían su fuente de trabajo.