Por Hugo Luna
En la esquina en la que confluyen López Mateos y Lázaro Cárdenas, un gran hotel se está irguiendo a pasos agigantados.
La cimentación lleva varios meses. Se advierte fácilmente que los más de 40 pisos que han sido construidos sostendrán aún a muchos más.
A cuadras también de este lugar, en la colonia Americana, una hilera de tapiales están enmarcados por anuncios publicitarios de que apenas dejan ver el conjunto de letreros que versan: “Pre-venta”.
¿Qué significa? Que un edificio más, igualmente poderoso, está por ser construido.
Y lo mismo en muchas esquinas más de la ciudad: viejas construcciones siendo derrumbadas; nuevas construcciones de edificios con usos mixtos (comercial, oficinas, residencial); preventas por doquier; numerosas plumas enmarcando el paisaje urbano; camiones de Cemex centrifugando concreto premezclado y en pleno reparto cotidiano, como si tuviesen que entregar pan caliente.
Este es el boom de la construcción. Esto es crecer a 5 por ciento durante 2010.
Es innegable ya el fenómeno. La economía mexicana está movilizada por un componente robusto de construcción urbana  no sólo de infraestructura pública y de urbanización de zonas previamente no explotadas. Los precios están subiendo.
Hay dinero en México, y mucho. Cientos de millones de dólares están fluyendo hacia nuestra economía como resultado de una tasa de interés más atractiva aquí que en países emergentes.
Estos dólares se convierten velozmente en pesos que luego deben ser vertidos al aparato productivo: a proyectos promisorios con buenos rendimientos. Por ello, no sólo la zona metropolitana  observa estos fenómenos. Hay sitios como Cancún o Puerto Vallarta que están experimentando también expansiones similares en construcción.
No olvidarlo: este es un efecto de cómo están fluyendo lo recursos financieros en todo el mundo. Si tenemos bonanza, es por lo que atinadamente hace unos días dijo el ministro de Finanzas brasileño, Guido Mantega: habitamos “un mundo dividido entre países emergentes fuertes y desarrollados débiles” (aclaración: nosotros estamos del lado de los emergentes).