Por Julio César Hernández
Las renuncias de los consejeros electorales José Luis Castellanos González y Rosa del Carmen Álvarez López podría acelerar el lanzamiento de la convocatoria para elegir al nuevo presidente y a seis consejeros más del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana.
La convocatoria respectiva ya salió “del horno”, ya está elaborada y lista en el escritorio del presidente de
La elección de los nuevos integrantes del Instituto Electoral se concretaría en sólo tres días: en el primero, se lanza la convocatoria; en el segundo se cierran los registros; y en el tercero se eligen consejeros y al presidente. Setenta y dos horas serán suficientes para este ejercicio de elegir a quienes serán los nuevos árbitros del proceso electoral del 2009 y hasta del 2012, en algunos casos.
Según se conoció, la convocatoria que ya está elaborada toma en cuenta la situación en la que están los consejeros Víctor Hugo Bernal, Tomás Figueroa y Carlos Martínez, quienes obtuvieron una suspensión para no ser removidos de sus cargos en tanto en tribunales se define si se les otorga o no el amparo para concluir el periodo por el que fueron electos, que es hasta el último día de mayo del 2010.
Esto es, en la convocatoria se precisa que aquellos consejeros electos para sustituir a Bernal, Figueroa y Martínez no asumirán el cargo hasta en tanto se defina la situación jurídica de los tres, pero al mismo tiempo no adquirirán derecho alguno como pago de sueldo o antigüedad y demás prestaciones.
El cargo lo asumirán inmediatamente si el veredicto judicial es contrario a los tres consejeros que hoy gozan de la suspensión o hasta el primero de junio del 2010 si la resolución les es favorable y cubren el período para el que fueron electos.
Habría que señalar que
Así, pues, con la renuncia de José Luis Castellanos González, principalmente, desapareció el “dique” que impedía la agilización de la renovación del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, y sólo será cuestión de días para que el Congreso dé el “banderazo” de salida a algo que, se sospecha, ya está “cocinado”.
