Hasta el momento no he escuchado a nadie decir que el Partido Movimiento Ciudadano perderá -ni siquiera que podría perder- el poder en Tlajomulco en el 2015. Vamos, ni siquiera a la propia oposición.
Lo más que he escuchado es que el PRI buscará darle batalla en ese municipio que perdió por vez primera a manos del Partido Acción Nacional, ya hace algunos trienios.
Y quizás no les falte razón a quiene así piensan.
Sin embargo, antes que esperar ver una contienda entre partidos en los próximos comicios del año entrante, hay que prepararnos para atestiguar una batalla que, curiosamente, nadie sabe cómo terminará. Y hablamos de la lucha por la candidatura del Partido Movimiento Ciudadano a la presidencia municipal de este municipio que gobiernan desde el 2009.
Y en la línea de salida -hasta el momento y así se cree que será hasta el final-, se encuentran apostados el actual secretario general del Ayuntamiento y ex munícipe interino, Alberto Uribe Camacho, y el diputado local Salvador Zamora Zamora.
Ambos aspirantes tienen una característica en común -como la mayoría de los funcionarios públicos de este partido-: son ex priistas.
Sin embargo, los dos también “reman contra corriente”: como secretario general, Uribe Camacho tiene que enfrentar y tratar de sacar adelante los problemas que enfrenta el Ayuntamiento como las nracofosas, la contaminación del agua, los mototaxis, etc, etc; Zamora Zamora, de entrada, su desventaja es, paradójicamente, ser diputado, por la pésima fama que hoy tienen los legisladores.
Pero tanto Alberto como Salvador trabajan no sólo para sacar adelante sus propias responsabilidades sino para cumplir dos objetivos más: uno, sacarle ventaja al otro; dos, convertirse en la mejor opción para quien habrá de decidir quién será el candidato a suceder a Ismael del Toro, su “líder moral” Enrique Alfaro Ramírez..
Se asegura que Uribe Camacho cuenta con la simpatía del grupo al que pertenece y que es el del mismo Alfaro Ramírez y de  Del Toro, que lo estaría impulsando desde el interior del propio Ayuntamiento; pero, por otro lado, se reconoce en Salvador Zamora, primero, su localía, el hecho de ser oriundo de Tlajomulco, de donde no son ni Enrique ni Ismael y ni Alberto; su amplio trabajo en las bases, pues durante su militancia priista fue dirigente de este partido en el municipio; y su trabajo como legislador.
En este sentido, se asegura que Alfaro Ramírez no tiene tarea fácil al momento de decidir quién debe ser el candidato a la alcaldía, pues sin conocer quiénes serán sus adversarios de la oposición, su principal reto es mantener la unidad del grupo compacto que le ha permitido a su partido seguir gobernando Tlajomulco.
Pero ahí está también la dificultad: que la decisión que tome podría provocar una factura en ese grupo compacto, pues se han escuchado voces al interior decir cosas como que “el Partido no es de Alfaro…”, que “él no es el único que decide…” y que “no necesariamente se tiene que hacer lo que él diga…”.
Es por eso que antes de la gran contienda frente a sus adversarios políticos en junio de 2015, el Partido Movimiento Ciudadano tendrá que enfrentar esta batalla interna que protagonizarán los dos principales aspirantes a convertirse en el nuevo ex priista (ya lo fueron Alfaro, el propio Uribe y ahora Del Toro) que gobierne Tlajomulco de manera consecutiva.
Al tiempo…