Bajo el título de “Parquímetros, la última ‘travesura’ de la ‘Nena’ Limón antes de su informe”, el pasado 14 de septiembre escribí aquí en Marcatextos lo siguiente:
“… Como para no perder la costumbre de los escándalos, María Elena Limón llegará a su informe con su más reciente “travesura” que acusan de irregular y de que le podría costar varios millones al ya de por sí empobrecido Ayuntamiento: la revocación de la concesión, primero, y el retiro de los parquímetros, inmediatamente después -lo que es considerado un robo por ser propiedad ajena-, con el pretexto de concursar para que Tlaquepaque sea considerado “Pueblo Mágico”.
“Y decimos que fue su más reciente “travesura” porque al interior del propio Ayuntamiento advirtieron que dicha decisión fue más en respuesta a una venganza y el mensaje reiterado que ha enviado en cada una de estas decisiones: de que en Tlaquepaque solamente sus “chicharrones truenan”.
“… en Tlaquepaque Limón García ordenó retirarlos inmediatamente para evitar que la empresa pudiera ampararse, aún a sabiendas de que tendrá que pagar una inemnización que, todo indica, no será nada barata.
“Pero resulta que los aparatos son propiedad de la empresa concesionaria, con sede en Veracruz, quien ganó la licitación en un concurso de carácter nacional y quien le pagó al Ayuntamiento por cada uno de los parquímetros. Dichos aparatos se retiraron y están en manos del gobierno, cuando son propiedad ajena.
“Pero no sólo eso, sino que en una demostración de poder, incurriendo incluso en abuso de autoridad, a decir de algunos expertos, la “Nena” Limón revocó la concesión sin notificar a la empresa del punto de acuerdo aprobado en sesión de Cabildo, y sin ejecutar dicho acuerdo a través de un juicio ante la autoridad jurisdiccional correspondiente, dándole oportunidad a la concesionaria de actuar en consecuencia.
“Pero, además, este servicio de parquímetros no significa un gasto para el Ayuntamiento, ya que además de que le era entregado el 30 por ciento neto de lo que se recaudaba por este concepto, la empresa cubría todos los gastos, incluso el salarial, del área de estacionómetros.
“Así es que este nuevo capricho de la alcaldesa de Tlaquepaque, Limón García, puede costarle a su gobierno varios millones de pesos por indemnización”.
Bueno, pues como lo adelanté en aquella entrega un día antes de la noche de “El Grito”, ayer el síndico de Tlaquepaque, David García Camarena, dio a conocer que la autoridad judicial ordenó la reinstalación inmediata de los 366 parquímetros que fueron retirados de manera ilegal y autoritaria.
García Camarena reveló que el Ayuntamiento ya presentó un recurso de revisión y cree que “la decisión del Juez pudo haber sido por una confusión o quizá por no haber visto todo el análisis de los argumentos presentados por este Gobierno Municipal, incluyendo la cláusula décimo sexta que existe en el contrato en la cual se señala:

 “En caso que el Ayuntamiento decida terminar anticipadamente la presente concesión a través de revocación, expropiación, cancelación o acción legal para ello sin causa justificada, o se declare la recesión por incumplimiento sin responsabilidad a la concesionaria o causa no contemplada y expresamente prevista en la ley o en este contrato, el municipio indemnizará al concesionario bajo las siguientes reglas:

“·  Cuando la recesión incurra antes de los 12 meses de iniciada la presente concesión, la indemnización consistirá en el pago del costo total de inversión que hubiese realizado la concesionaria.

“· Y cuando la recisión ocurra después de un año de iniciada la concesión, esta consistirá en el pago del 70 por ciento del promedio mensual, anual de ingresos totales del año anterior (que aquí sería por los siguientes 19 años, debido a que el contrato estaba por 20)”.

Lo que al parecer la autoridad no tomó en cuenta antes de interponer el recurso de revisión es que a la empresa concesionaria -según refieren fuentes dentro del propio Ayuntamiento- nunca se le notificó el acuerdo de los regidores de revocar la concesión y mucho menos se le informó que serían retirados los aparatos -que son propiedad privada de la empresa y no del Ayuntamiento-, sino que ésto último se efectuó incurriendo en un flagrantea abuso de autoridad.
Así es que, como se los referí en aquella ocasión, la “travesura” de María Elena Limón -que por segunda ocasión pierde ante los tribunales, pues la primera fue el revés que le propinó su propio Síndico para que le regresara todas las facultades como tal y el personal a su cargo que le había retirado-, le costará al erario público, al bolsillo de los tlaquepaquenses, una suma millonaria, sin duda.
Pero la alcaldesa sigue terca en que en Tlaquepaque “sólo sus chicharrones truenan”.