En la cúpula alfarista, al parecer, ya se dieron por vencidos con la alcaldesa de Tlaquepaque, María Elena Limón García.
Ni el jefe político Enrique Alfaro Ramírez, alcalde de Guadalajara; ni el mentor del síndico David García Camarena, Enrique Ibarra Pedroza, secretario general del Ayuntamiento de Guadalajara; ni el coordinador de la bancada legislativa del Partido Movimiento Ciudadano, Ismael del Toro, negociador en turno de casos especiales, han querido intervenir en la consigna que Limón García tiene en contra de García Camarena.
Ahora la tarea se la encomendaron al coordinador del partido, Guillermo Medrano, quien pudiera tomar la misma decisión de Alfaro, Ibarra y Del Toro, pues luego de mediar entre la alcaldesa y el síndico y ser testigo del acuerdo entre ambos para resolver las diferencias, simplemente se frustró al confirmar que la primera no cumplió con los compromisos que asumió: reinstalar a los dos abogados designados por el síndico y a los que destituyó, regresarle el personal básico como secretarias y el mensajero, ntre otras cosas, según trascendió.
No será la primera vez que se diga que Enrique Alfaro ya perdió a la “Nena” Limón… y a Tlaquepaque.
Y es que en los corrillos del Ayuntamiento de la Villa alfarera trasciende que la alcaldesa no acabará la ruta de Movimiento Ciudadano trazada por su jefe político -Alfaro Ramírez-, sino que “romperá” con el partido naranja para tomar su propio camino que la lleve a ser postulada en 2018 a otro cargo público, y no descartan que busque serlo por otro partido político.
No sé qué tan cierto sea, pero aseguran que tiene en el regidor del partido Morena -de López Obrador- a uno de sus principales aliados en el Cabildo, de ahí que no descartan que de alfarista pase a ser lópezobradorista. Pero esto, por el momento, es mera especulación, aunque para muchos no ha pasado desapercibido el silencio del regidor morenista y el hecho de que, hasta el momento, no ha vota en contra de ni nguna de las propuestas de la alcaldesa.
Lo que no es especulación, dicen, es su alejamiento con el alfarismo y con los pasos marcados por el partido que la postuló a la alcaldía. Y es que, incluso, hay quienes advierten -y esto no hay que menospreciarlo- la sombra del Grupo Universidad en el equipo de Limón García, grupo en el que se estaría recargando para mantenerse al frente del Ayuntamiento con el apoyo, además, de Morena, como partido político.
Es más, hay quienes están a la espera de que se cumplan los 18 meses de gobierno para ver las condiciones en que la alcaldesa María Elena Limón se someterá a la revocación o ratificación de mandato, uno de los puntales importantes del partido alfarista al que se someterán todos los gobiernos municipales surgidos de Movimiento Ciudadano.
Y es que no olvidemos que Limón García pretendió imponer, a diferencia del resto de los municipios “naranjas”, “candados” a este ejercicio -no del todo creíble-, a fin de no correr el riesgo de que una mayoría ciudadana decida que debe de dejar el gobierno y no darle su voto de ratificación. Me dicen que este reglamento aún no se aprueba.
Por esto y muchas otraz razones más, no son pocas las voces que advierten que conforme avanza el tiempo la distancia entre María Elena Limón y el alfarismo se hace más amplia y que no esta lejano el momento en que esta relación terminará por fracturarse dle todo.
¿O por qué será, entonces, que ni Alfaro ni Ibarra y ni Del Toro quieren voltear y mucho menos hacer acto de presencia en Tlaquepaque?