Anoche alrededor de las 23:30 horas la presidente municipal electa de Tlaquepaque, María Elena Limón García, escribió en su cuenta de Twitter: “Se acabó la controversia y se respetó la voluntad de la gente. Hoy el Tribunal ratifica a nuestro movimiento como triunfador en #Tlaquepaque”.
Quizás se refería a que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitió su resolución sobre la elección a presidente municipal en la ex Villa Alfarera, ratificando su triunfo del pasado domingo siete de junio, con lo que ya no tiene ningún obstáculo legal para asumir el gobierno municipal el próximo uno de octubre.
Sin embargo, Limón García se enfrenta a otros obstáculos para la integración de su equipo de colaboradores, particularmente en lo que se refiere a quien ocupará la secretaría general de Ayuntamiento durante el próximo trienio, donde nombres van y nombres vienen, ya sea recomendados por unos o recomendados por otros.
Para este cargo, por ejemplo, se han mencionado nombres como el de Jesús Reynoso Loza, Antonio Álvarez Hernández, Alberto Maldonado, Juan Ramón Álvarez López y ahora aparece el de Gustavo Flores, quien se perfila para ser uno de los principales colaboradores de la alcaldesa electa.
La nota que ha sido recurrente en diversos espacios periodísticos sobre María Elena Limón y la integración de su próximo gabinete es que ella ha sido muy clara e insistente en afirmar -eso dicen en los corrillos políticos de Tlaquepaque-, palabras más palabras menos, que a ella nadie le va a imponer a sus funcionarios y que ella decidirá quién va y a qué cargos.
De hecho, se asegura que ese es uno de los motivos por los cuales no se concretó la llegada de Reynoso Loza a la secretaría general, pues es y sigue siendo el candidato del líder moral del Partido Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro Ramírez. Sin embargo, otras versiones cuentan que fue el propio Alfaro Ramírez quien “frenó” la llegada de Jesús Reynoso. ¿Las razones? Aun no confirmadas, por lo que prefiero no comentarlas por el momento.
Pero hay otras versiones que hablan de que finalmente María Elena Limón aceptará las “recomendaciones” -por no llamarle “imposiciones”- que le hagan dentro del grupo alfarista, pero con la advertencia de que a la primera falla en que incurran los “recomendados”, inmediatamente irán “patitas a la calle”. No habrá contemplación alguna para esos “recomendados”.
Poco falta para que María Elena Limón revele el nombre de los integrantes de su gabinete, y será entonces cuando acaben las especulaciones y versiones al confirmar si la próxima alcaldesa de Tlaquepaque aceptó o no a los “recomendados”.
Y en este sentido hay quien no descarta que, tarde que temprano, Limón García llegue a declarar a Tlaqueapaque… “¡Territorio “libre” del alfarismo!”.
¿Se atreverá? Al tiempo.