Maggie G. Urzúa

I.- Han transcurrido 12 meses de los comicios electorales. El Distrito 19 de la entidad se encuentra inmerso en una bipolaridad partidista. Con más mediocridad que brillo, los Movimientos Ciudadano y de Regeneración Nacional son las únicas figuras sobre el tablero.

MC sigue con su dependencia del secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Alberto Esquer. La diputada local y el legislador federal que nos representan son grises, siempre se esconden o se promueven “bajo la falda” del ex alcalde de Zapotlán.

Todo indica que Esquer pronto despuntará como uno de los prospectos a la gubernatura en 2024, abandonará con ello la posición distrital y, si el partido no se aplica, abrirán un enorme hueco de debilidad por el déficit de liderazgos.

II.- En los municipios, los emecistas no han dado el ancho. Los aliados perredistas que llegaron en coalición resultaron decepcionantes. En Tamazula se demuestra que las segundas partes nunca fueron buenas. En San Gabriel, tras la tragedia se abrió un boquete que destapó anomalías del gobierno local.

Aunque la evaluación para este instituto político fuera negativa, con dos factores les bastan para superarla. Uno es que se hallan en el poder y desde ahí no cesan de tejer una de red de estructuras y compromisos a capitalizar dentro de dos años.

La otra ventaja tiene que ver con su bastión Zapotlán el Grande, cabecera distrital y la población más grande en la zona. La gestión durante nueve meses del alcalde Pepe Guerrero le permitiría pensar en una reelección o en la tercera victoria consecutiva para MC.

No ha reportado toneladas de éxitos, sólo las necesarias para mantener buenos números. Hubo continuidad en la parte positiva de su antecesor, han emprendido proyectos que sin ser prioritarios agradan a sectores estratégicos. Lo más importante es la ausencia de escándalos de corrupción, imposiciones o despotismo típicos del trienio pasado.

III.- En la otra esquina sólo MORENA se perfila como adversario. En 2018 no pudieron defender muchos resultados electorales por la falta de recursos humanos en cada casilla; los últimos meses sirvieron para que maduraran su trabajo por tierra. Se han valido de la entrega de programas sociales.

Sus regidores en los ayuntamientos grandes como Zapotlán y Tamazula se erigieron como la única oposición, basados en un discurso combativo y enérgicos personajes que incluso se han enfrascado en rencillas personales con los presidentes municipales.

Pero tienen varios defectos: el ego y protagonismo a veces superan a los argumentos contundentes; los ediles morenistas no saben impactar fuera de su comunidad en redes sociales, allá entre las clases populares que son determinantes para el voto.

Y el mayor impedimento es que, al menos en Ciudad Guzmán, el líder de la fracción edilicia está divorciado del ala purista de MORENA, esa que controla la delegación de Programas Federales y tiene línea directa con los liderazgos estatales para definir candidatos.

Si no se sientan a resolver las diferencias, de poco servirá su crecimiento pues se irán agotando las posibilidades de triunfo en el Distrito 19 y en los municipios más grandes.

IV.- La alternativa independiente se agotó. El joven alcalde de Sayula y su potencial llevan meses en la mira de MC, así se demuestra con el respaldo del Gobierno del Estado. Los embajadores de Wikipolítica están centrados en formar un partido que les restará credibilidad y se centrará en Guadalajara.

Sobre los otrora partidos tradicionales poco se puede decir en estas tierras. ¿Acaso los muertos se mueven? Al menos el PAN está cómodo con su administración de derrotas, dos municipios bastión y la gestión de su legisladora plurinominal.

Ante tal falta de competencia, los defectos de naranjas y tintos se difuminan. En un Distrito 19 lleno de políticos “ciegos”, los “tuertos” serán los reyes en 2021.