Por Hugo Luna
¿Dónde está el teacher? Según la coordinación de Planeación y Evaluación Educativa de la secretaria de Educación Jalisco (SEJ), paga los sueldos de casi mil profesores comisionados a las secciones 16 y 47 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE)
El pago hecho a 475 maestros de la sección 16 y un número similar de docentes de la sección 47. Tómelo con sus respectivas reservas. El número de maestros que cobran sin trabajar en es un misterio que no están interesados en resolver la SEJ ni el SNTE.
¿Cómo explicar que la SEJ notificó hace unas semanas el número de comisionados aproximadamente mil?
Ojalá que el encargado de planear y evaluar en la dependencia, José Lauro Ramírez Camacho y quien hizo la cuenta repruebe Aritmética. Hay simulación en el manejo de las cifras y un afán de engañar que no se justifica ni con el pretexto de la alianza política con Elba Esther Gordillo.
Los comisionados nos cuestan 19 millones de pesos anuales. Los maestros son el motor del sistema educativo en cualquier país, pero aquí ese motor está desvielado.
La mala educación impacta en nuestro desempeño como ciudadanos y en nuestro rendimiento en el lugar de trabajo. La mitad de nuestros jóvenes de 15 años registra los niveles más bajos del mundo en la prueba PISA, ­ que mide, entre otras cosas, Habilidades de Lectura, Matemáticas y Científicas. A pesar de ello, nos damos el lujo de tener mil maestros comisionados, déficit de maestros frente a grupo es un misterio la cifra, grupos fantasmas que existen en el presupuesto, pero no en la vida real.
La educación es el tema económico de nuestro tiempo: es un tema económico porque al final de esta década ocho de cada 10 empleos nuevos requerirán capacitación de la fuerza de trabajo o educación superior.
La educación podría ser parte de la política económica, pero ahora parece un asunto de justicia penal. La forma en que el SNTE a través de las secciones 16 y 47 en complicidad con la SEJ ordeñan el presupuesto educativo podría ser tipificada como delincuencia organizada que se ejerce con impunidad.
Con ese estado de cosas, parece imposible acercarnos a la educación como uno de los más sutiles instrumentos de la política económica.
Invertimos más de 28 mil  millones de pesos anuales a educación en la entidad y, de acuerdo con los expertos, podríamos dedicar algo más. El reto es hacer que esos recursos se gasten mejor. Para ello es fundamental acabar con la simulación en la rendición de cuentas.