Julio César Hernández
Urge la presencia del dirigente estatal del PAN, Hernán Cortés Berumen, para que medie entre los panistas en el gobierno, pues no es posible lo que sucede entre ellos.
Por un lado, los presidentes municipales surgidos de Acción Nacional se quejan de que el Gobernador, también de extracción panista, no les hace caso y los deja fuera del beneficio del potencial crédito por 5 mil 6oo millones, en tanto que  el titular del Ejecutivo estatal se queja de que los diputados del blanquiazul le ponen “peros” a dicho empréstito.
Esto contrasta con la excelente relación que el Mandatario estatal guarda con alcaldes priistas como Miguel Castro o perredistas -aunque ya no sé afilió ahora-, Enrique Alfaro.
Insisto en que quizás todo se supedita a la falta de un efectivo operador político en el Ejecutivo, alguien que logre cabildear con los diputados, por un lado, y con los munícipes por el otro, eso sumando además a los legisladores y alcaldes de la oposición, así como a otros grupos con los que es necesario mantener diálogo y contacto.
Pero dado que el tiempo avanza, apremia y no hay quien haga esa labor, no estaría mal que Cortés Berumen interviniera por tratarse un conflicto entre panistas, ya sea en el Ejecutivo estatal, en el Legislativo y en el Ejecutivo municipal.
O sea, todos contra todos. Kramer vs Kramer.