Ismael del Toro Castro, coordinador de la fracción parlamentaria del Partido Movimiento Ciudadano, se encargó de echarle abajo el burdo teatro que quiso montar Jesús Pablo Lemus Navarro, alcalde de Zapopan, victimizándose con la figura del ex auditor Alonso Godoy Pelayo.
Lemus Navarro señaló al ex auditor de ser el responsable de que la Auditoría Superior le haya encontrado irregularidades en sus primeros tres meses de gobierno por un monto de mil 268 millones de pesos que no cobró a empresarios promotores de fraccionamientos por licencias y los derechos correspondientes.
“Es una venganza personal…”, “es una burda venganza de Alonso Godoy contra Pablo Lemus…”, se quejó el ex dirigente sindical de los empresarios ante los reporteros en la rueda de prensa en la que nunca presentó documentos o pruebas que demostraran que la ASEJ incurrió en irregularidades en la auditoría aplicada al trimetre octubre-diciembre del 2015 y con las que hubiese solventado en la totalidad el pliego de observaciones que se le hicieron.
Pero además de que la propia auditora superior -encargada del despacho- María Teresa Arellano Padilla aclaró que la auditoria y su resultado no fue una “venganza personal” en contra de Jesús Pablo, el diputado Del Toro Castro le dio la “puntilla” al rechazar también que los cargos fiscales a Lemus Navarro hayan sido una venganza del ex auditor superior.
Y lo dejó muy en claro el ex alcalde de Tlajomulco con cuatro palabras:
“Godoy ya no está…”.
Luego le exigió a Jesús Pablo Lemus Navarro lo mismo que le exigieron los regidores del PRI en Zapopan, encabezados por Salvador Rizo Castelo, y el dirigente estatal del Revolucionario Institucional, Héctor Pizano Ramos, y otros actores políticos más: Que presente las pruebas documentales que solventen los cargos que le impuso la ASEJ, pues aún corren los tiempos legales para hacerlo.
Así se lo dijo Del Toro Castro, en rueda de prensa también, a Lemus Navarro:
“La cuenta pública de Zapopan tiene ruta jurídica, es un proceso inacabado. Entiendo al alcalde que pueda tener una desesperación, pero le genero la confianza desde el Congreso que si se tienen los documentos, que si se tiene la forma de solventar como me parece que es muy claro”.
En una palabra: Si Jesús Pablo Lemus tiene los documentos con los cuáles comprobar que sí se cobraron las licencias y derechos correspondientes a los desarrolladores de fraccionamientos y, además, prueba que esos mil 268 millones entraron a las arcas municipales, que simplemente las presente y el problema quedará resuelto.
Lo extraño es que hasta el momento Lemus Navarro no ha presentado las pruebas que desactive el cargo que por casi mil 300 millones de pesos le aplicó la Auditoría Superior, aunque por supuesto eso deberá de hacerlo ante los integrantes de la Comisión de Vigilancia quienes tendrán que decidir el futuro de esa cuenta pública.
Por cierto, ayer Jesús Pablo fue a parar al hospital… por una “infección”, según él.