Desde los micrófonos del informativo matutino, primero, y vespertino, después de Zona 3, el hoy candidato del Partido Movimiento Ciudadano (PMC) a la presidencia municipal de Zapopan, Jesús Pablo Lemus Navarro, no perdía oportunidad de lanzar acusaciones de corruptos en contra de periodistas, reporteros y algunos medios de comunicación ajenos al que él le pagaba el tiempo de transmisión.
Esos señalamientos que hizo sin mencionar nunca nombres y apellidos ni presentar pruebas que sostuvieran sus palabras, generó inclusive molestia entre los propios reporteros de la radiodifusora ubicada allá en Mariano Otero, con quienes por cierto Jesús Pablo no tenía muy buena relación, según se conoció días después de que fue despedido abruptamente por los no pocos problemas que había causado a los directivos de la empresa por su su forma tendenciosa de manejar la información, siempre en beneficio de sus intereses personales.
Ello provocó que saliera “echando pestes” contra la empresa que le abrió las puertas, acusándola incluso de haberlo censurado por el manejo que hacía de la información política.
Durante el tiempo que pasó frente a los micrófonos, dos palabras eran las preferidas de quien también encabezó el sindicato patronal de la Coparmex: honestidad y corrupción. Obvio, se presentaba como representante fiel de la primera, y endilgaba la segunda a aquellos que osaban criticarlo o no estaban de acuerdo con él.
Sin embargo, como ex presidente de la Coparmex nunca alzó la voz en contra de quien fue el representante del organismo ante el FOJAL y benefició con varios millones de pesos a sus empresas valiéndose de ese cargo -publicado por el diario Mural cuando Lemus colaboraba en él-, como tampoco dijo nada cuando hoy su compañero de campaña, Augusto Valencia, denunció a su sucesor en el sindicato patronal, Oscar Benavides, de haberse beneficiado con varios millones de pesos por servicios prestados al Ayuntamiento de Zapopan sin existir contrato de por medio.
Bueno, pues ayer el alfarista Jesús Pablo Lemus se convirtió en tendencia con el hashtag #CorruptoComoLemus, luego de que el candidato del Partido del Trabajo a la alcaldía de Zapopan, Martín Pérez Gómez, reveló en rueda de prensa que algunos de los ex socios y familiares del fallido “comunicador” -como se autopresentaba- fueron sentenciados por fraude en Estados Unidos y además vetados de por vida para ingresar a ese país.
Así mismo, se descubrió que manipuló alevosamente el formato oficial y original de la plataforma #3de3 Candidato Transparente del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) para ocultar información sobre su declaración patrimonial y fiscal, lo que fue confirmado y reprobado por directivos del propio Instituto.
Esto último generó que el PAN haya presentado denuncia en su contra ante el SAT, al que le pidieron realizara una investigación sobre la situación fiscal y patrimonial de Jesús Pablo Lemus, pues luego de haber revisado minuciosamente la información revelada en dicha plataforma, los números y datos “no checan”, “no cuadran”, dijo la vocera panista Rocío Morgan.
Además, la Federación de Establecimientos en la Atención a las Adicciones, A.C., envió una petición al IMCO y a Transparencia Mexicana para que tras descubrirse que alteró el formato para ocultar información, le sea retirado la certificación de “candidato transparente”.
Así, ante estos hechos, el periódico El Informador destacó ayer en su portal en internet que “#CorruptoComoLemus es tendencia”, y en su nota hace una amplia y completa relación del por qué de éste hashtag en redes sociales, amén de que hubo quienes “chacotearon” con comentarios como los siguientes:
“@CarlosHFel: Cuando las papas Sabritas pequeñas en los oxxos valen $15.50 y las cajeras te dicen desea redondear! #CorruptoComoLemus”.
“@TuBlackman: Soy #CorruptoComoLemus cuando meto papas, dulces y palomitas al cine de contrabando!”.
Seguramente hoy que sabe que lo etiquetaron con el #CorruptoComoLemus, Jesús Pablo recuerde sus felices días de “comunicador” y de cuando lanzaba acusaciones sin decir nombres y mucho menos presentar pruebas.
Bien dice el sabio refrán: “El pez, por su boca muere…”.