De los municipios de la zona metropolitana, Zapopan será sin duda uno de los más competidos en los próximos comicios del 2018.
Más allá de la importancia de Guadalajara como capital y segunda ciudad del país, la ex Villa Maicera se torna un “platillo” muy codiciado por los distintos partidos políticos. De entrada, y a diferencia de años atrás cuando a partir de 1995 el gobierno se lo disputaban el PRI y el PAN, ahora hay que anotar a otros que se colocan en una buena posición para contender.
En esta lista hay que anotar, por supuesto, al partido alfarista Movimiento Ciudadano que hoy es gobierno; al PRI que llevaba varios trienios ya en el poder; ahora aparece Morena, que ha logrado avanzar de manera sigilosa en distritos como el cuatro y el seis; y el PAN, que está a la espera de resurgir de entre sus cenizas el año próximo, luego de haber sido “dueño” del distrito 10 por muchos trienios y tener fuerte presencia en el distrito seis y poco en el cuatro.
Aunque hasta el momento sólo el partido Movimiento Ciudadano parece tener candidato definido ante la confesión del munícipe Jesús Pablo Lemus de buscar reelegirse, todo indica que por el partido lópezobradorista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se proyecta el ahora diputado sin partido, ex legislador de MC, Hugo Rodríguez Díaz.
Se asegura que Rodríguez Díaz ya tiene la candidatura “en la bolsa”, pero al parecer la última palabra dependerá de quién vaya a ser el candidato o candidata a la gubernatura. Por el PRI y el PAN, aún no hay prospectos a la vista.
En Zapopan, sin duda, también impactará el factor Kumamoto, a quien no obstante que lo veo como prospecto a una diputación federal más que a la alcaldía, tendrá también sus efectos en la lucha por la presidencia municipal.
Este escenario de competitividad, para empezar, debe de preocupar a Lemus Navarro que sabe muy bien que el 86% de los votos emitidos con un “Sí” en el pasado ejercicio de ratificación de mandato, es algo irreal y no sirve para creer que los zapopanos fácilmente volverán a confiar y votar a su favor.
Como en la mayoría de los municipios metropolitanos, en Zapopan también ganó el abstencionismo el domingo pasado, aunque en su discurso pretenda pecar de optimista al decir que esperaban la participación de 20 mil ciudadanos y que la sorpresa fue que acudieran poco más de 40 mil. La pregunta es, entonces por qué carambas imprimieron poco más de 100 mil boletas. Había que “maquillar” la realidad, pues.
Dos ejemplos de la realidad dominical:
Mesa receptora No. 50: Votos por el “Si”, 152; Votos por el “No”, 6: Votos nulos: cero. Total de votos emitidos: 158. Boletas sobrantes… ¡442!
Otra mesa más: Por el “Sí”, 160; por el “No”, 4; Nulos, uno; Total de votantes: 165; boletas sobrantes… ¡435!
En síntesis, algunos analistas convirtieron el porcentaje obtenido por Lemus el domingo al porcentaje real de quienes lo aprobaron contra quienes votaron por él en 2015. El periodista Pedro Mellado lo explicó así: “El 88 por ciento (favorable) de Pablo (Lemus) sería sólo el 14.96 por ciento, con respecto a los 180 mil 342 votos con los que ganó la alcaldía zapopana hace dos años”.
Esa es la realidad de Jesús Pablo Lemus en Zapopan, realidad que para sus adversarios se traduce en un presidente municipal débil que no es aprobado por sus gobernantes ni tiene garantizada la releeción que pretende.
Por eso y otras razones más, es que Zapopan será el municipio más disputado en el próximo proceso electoral.
Al tiempo.