Por Hugo Luna

 

No solamente las monedas sufren de esta reducción de valor nominal frente a otras monedas extranjeras. También los dirigentes de organizaciones ganaderas lo viven en carne propia tal y como sucede con: Vicente García Vázquez, Presidente de la Unión Regional de Porcicultores de Jalisco.

 

El desempeño de este “líder” deja mucho que desear, sus compromisos políticos no le permiten defender los intereses de los porcicultores jaliscienses. Las recientes manifestaciones en la delegación de la Comisión Nacional del Agua (CNA) por las costosas multas, son un síntoma de la descomposición interna de la organización.

 

Algunos ingenuos manifestantes expresaban “ya va llegar Vicente” el mismo nunca llegó, mucho menos hizo acto de presencia. La membresía de porcicultores ha rebasado a García Vázquez desde hace varios ayeres.

 

Malas decisiones y dudosa administración de los recursos financieros de la organización, la hacen frágil y endeble ante los acontecimientos de la apertura del TLCAN.

 

La venta del antiguo edificio de la Unión de Porcicultores que se ubicaba por la calle 14 de la zona industrial mantiene la polémica al interior, así como la compra del predio en el municipio de El Salto. En ese lugar Vicente García pretende construir con el dinero obtenido de la compra-venta de la otrora sede; silos (estructuras metálicas para almacenar granos a granel), además de un ferropuerto.

 

Algunos porcicultores señalan que ya no hay dinero para edificar las nuevas oficinas, hay otros que cuestionan el hecho de querer acopiar sorgo y revenderlo a los socios. Un productor se sorprende al enterarse que su presidente ya no cría cerdos, ahora distribuye complementos alimenticios. Las compras amañadas de sorgo en Tamaulipas despiertan al fantasma del enriquecimiento entre los criadores de cerdo.

 

Una estampa más, lo es la decisión de Vicente García al tratar de contratar líneas de crédito con Finarmex, (sociedad financiera de objeto limitado), propiedad del polémico Francisco Conejo Cejudo.

 

Al no encontrar el apoyo de su mesa directiva y en particular del tesorero de la misma, Benjamín Padilla Gutiérrez quien argumentando que los intereses que generaría ese crédito serían muy costosos, lo sano sería buscar otras opciones.

 

Esa expresión fue motivo de ira para que García Vázquez tratara de echar de la dirigencia al tesorero, días después tendría que retractarse ante una asamblea de su burda maniobra.

 

Han quedado atrás los días en los cuales Vicente García cuestionaba las acciones de los presidentes en turno, alzaba la voz para hacerse destacar de entre la multitud y exigir cuentas claras a los responsables de la finanzas, también increpaba a las autoridades priístas del momento y como no olvidar su prepotencia con los débiles.