En mi entrega del lunes pasado titulada Las enigmáticas “pruebas” de Alfaro, plantee una serie de preguntas que esperaba fueran respondidas en la rueda de prensa que sobre el tema se ofreció ayer martes, entre las que la principal fue: “¿Qué tipo o clase de “pruebas masivas” y cuántas son las que se aplicarán a partir de esta semana?”.

Esta pregunta destaca luego de la discusión que se registró entre el ingeniero civil Enrique Alfaro Ramírez, gobernador, y el médico epidemiólogo Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, sobre la el tipo de pruebas que deberían de aplicarse para detectar casos de coronavirus entre la población.

Alfaro Ramírez se pronunciaba a favor de las “pruebas rápidas” y López-Gatell Ramírez a favor de las pruebas PCR. López-Gatell desaprobó las primeras porque no servían para el objetivo que se buscaba, desaprobación que de las mismas se hizo en varios países donde el Covi-19 ha hecho estragos, pero el Mandatario estatal se aferraba a que deberían de comprarse y aplicarse.

Sin embargo, como lo referí en entregas anteriores, la Cofepris nunca autorizó su importanción como Alfaro aseguró que ya se los había anunciado el director del Insabi, Juan Ferrer. Finalmente ésta información resultó errónea.

Fue el reportero Gerardo Sedano quien ayer le preguntó al secretario de Salud, Fernando Petersen Aranguren, sobre qué tipo o clase de pruebas son las que se aplicarán en el programa Radar Jalisco: Sistema de Detección Activa Covid-19, a la que el funcionario respondió categórico: “Son pruebas PCR…”.

Serán 12 mil las pruebas PCR que se aplicarán en Jalisco, 500 al día.

Finalmente el gobierno alfarista acató, a regañadientes, la decisión del Gobierno Federal de que las pruebas que se apliquen para detectar casos de coronavirus sean las PCR y no las “pruebas rápidas” que, al igual que otras, como dijo el rector Ricardo Villanueva, “sirven para otras cosas”.

Y digo que a “regañadientes” porque todavía en el comunicado de prensa enviado ayer sobre este evento, no dejaron de recriminarle al gobierno lópezobradoristas con frases como las siguientes: “Ante la negativa de la Federación de permitir las pruerbas rápidas…”; o las declaraciones del gobernador: “Como sabíamos lo que podía pasar (que la Federación no permitiera las pruebas rápidas)…”; “Haber bloqueado las pruebas rápidas significa para Jalisco el tener que pagar más del doble de lo que hubiéramos podido hacer si se hubiera permitido poder importar pruebas rápidas…”.

¿Cuál fue el propósito del gobernador Alfaro de enfrentarse públicamente al personaje de “moda” y de mayor exposición en el país en medio de esta pandemia, advirtiéndole incluso que podría convertirse en “traidor a la Patria”? No encuentro otra que sacar ventaja política con miras a los procesos electorales del 2021, primero, y 2024 después. Eso, y aparecer en sus tradicionales entrevistas -¿gratuitas?-, prácticamente diarias, con Ciro Gómez Leyva y Azuzena Uresti, le valen para seguir manteniendo su exposición a nivel nacional.

Y es que no entiendo que si, como lo dijo ayer, “estamos apegándonos a la recomendación que los expertos, los científicos de la Universidad nos han recomendado”, por qué nunca invitó a alguna rueda de prensa a uno de esos expertos, científicos y epidemiólogo, para que fuera quien le refutara, al tú por tú, a López-Gatell con argumentos científicos y técnicos, sobre la viabilidad de las “pruebas rápidas” para detectar casos de coronavirus, amén de que los medios locales pudieran cuestionarlo sobre el tema, pues considero que fueron esos expertos, de quienes sigue sus recomendaciones, quienes le aconsejaron que insistiera en las “pruebas rápidas”. ¿O no fueron ellos?

Ya lo dijo ayer en Twitter el dirigente nacional del partido Movimiento Ciudadano, Clemente Castañeda: “Es momento de pensar en la salud de los mexicanos, no en proselitismo electoral; es momento de calcular el daño en la economía y en el futuro del trabajo, no de cálculos de intención de voto y preferencias electorales”.

Al tiempo…