(Columna Entre Semana publicada hoy 08-10-19 en El Diario NTR Guadalajara)
Gobernador único en el país del partido Movimiento Ciudadano –del que prácticamente es dueño de la franquicia-, en los primeros diez meses en el poder Enrique Alfaro Ramírez se ha perdido en la triste medianía de entre los 32 Mandatarios y carga un pesado rechazo de la ciudadanía por la pésima forma de enfrentar el problema de la inseguridad pública, que cada vez se agudiza más, y no dar buenos resultados.
Encuestas realizadas en septiembre revelan la decepción que ha sido Alfaro Ramírez cuando al inicio de su mandato se perfilaba como uno de los principales gobernadores y un serio contrapeso del gobierno federal, y en particular del presidente Andrés Manuel López Obrador, luego de que en diciembre del 2018 se apostó en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres rodeado de las diversas fuerzas vivas del estado para reclamar recursos federales que fueron recortados a Jalisco y el cumplimiento de las promesas presidenciales de invertir y sacar adelante importantes obras de infraestructura.
Sin embargo, como lo he referido en diversas entregas, el panorama, el escenario y la imagen de Alfaro Ramírez se modificaron a raíz de aquel encuentro privado que sostuvo con López Obrador en Palacio Nacional el pasado 14 de febrero. A partir de ahí, la fiereza mostrada en las primeras semanas de gobierno se convirtió en una desconocida docilidad frente al gobierno federal.
Pero, contra las altas expectativas generadas antes de las elecciones del año pasado, ha sido la falta de buenos resultados lo que ha generado que la ciudadanía le otorgue una baja calificación y lo tenga ubicado entre la posición 16 y 17 de preferencia con una calificación inclusive muy por debajo del porcentaje con que obtuvo el triunfo para llegar a Casa Jalisco, que fue del 39%.
Ayer Consulta Mitofsky reveló una encuesta nacional sobre los 32 gobernadores, y respecto a Enrique Alfaro el resultado fue similar al que arrojaron las aplicadas por los periódicos El Financiero y El Heraldo de México, el 10 y el 25 de septiembre, respectivamente. En las tres encuestas el mandatario jalisciense se colocó en la posición número 17, pero la calificación fue a la baja, en tanto otros gobernadores ascendieron.
En la encuesta de agosto de Mitofsky, Alfaro ocupó el lugar 17 con una aprobación del 35.9%, en tanto que en septiembre se mantuvo en el mismo lugar pero con un descenso en la aprobación al 34%. En la encuesta de El Financiero ocupó la misma posición, la 17, aunque con un 47% de aprobación.
El rubro de la inseguridad pública sigue siendo el “coco” de Alfaro –y eso lo confirmamos los jaliscienses en los hechos todos los días-, pues en el renglón de la percepción sobre seguridad se ubicó en la posición 26 y el resultado fue: 16.9% opinó que está mejor que antes, el 24.6% que sigue igual y un 48.9% que está peor. O sea, que un 73.5% de los encuestados no registra una mejoría respecto al gobierno de Aristóteles Sandoval, cifra similar a la registrada días antes por El Financiero en cuya encuesta el 72% de los entrevistados reprobó la forma en que el alfarismo enfrenta este problema, mientras que en la medición de El Heraldo de México, el 60% de los ciudadanos encuestados dijo no creer que el gobernador le regresaría su bolso o cartera en caso de perderlas.
Como podrá confirmarse, ni la reforma al Poder Judicial ni el famoso Constituyente, mucho menos una nueva Constitución, son temas que a los jaliscienses les interese como para calificar mejor a Enrique Alfaro, mientras que el ser víctimas de la delincuencia y conocer la cantidad de homicidios o cadáveres cometidos y que aparecen en fosas o en plena calle, sí repercuten para reprobar al gobierno alfarista en este rubro. Y esto quiere decir que ahí el fracaso es rotundo y no se advierte cómo podría mejorar.