Algo no está bien en Jalisco, pese al discurso con el que nos quieren convencer de lo contrario.

Por un lado el Gobierno del Estado consideró en su momento que no era conveniente regirse bajo los parámetros y los indicadores del Gobierno Federal en el combate al coronavirus; pero, por el otro, el gobernador Enrique Alfaro se queja -así lo hizo en el video del pasado fin de semana- de que el gobierno federal lo ha dejado sólo, que el gobierno federal no ha aportado ni un peso para la lucha contra el Covid-19, que el gobierno federal los ignora…

Y, sin embargo, anteayer el gobernador Enrique Alfaro desdeñó la reunión (virtual) que sostuvieron 29 gobernadores y la Jefa del Gobierno de la Ciudad de México con funcionarios del gabinete federal encabezados por la titular de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y en la que se tomaron acuerdos importantes y trascendentes que tiene que ver con el manejo del Semáforo Epidemiológico.

Alfaro Ramírez prefirió seguir su gira por el sur del estado y designó a Fernando Petersen y Ernesto Sánchez, secretario de Salud y de Promoción Económica, respectivamente, para que lo representaran a través de la pantalla. 29 gobernadores y la Jefa de Gobierno le dieron la importancia y seriedad a esta reunión al estar presentes. El otro ausente fue el de Yucatán, que en ese momento era anfitrión de López Obrador.

O sea, ya no digamos que el Gobierno de Jalisco se niega a coordinarse con el Gobierno Federal, tampoco quiere tener comunicación o diálogo con sus representantes. Y aún así se queja de que a la coordinadora Bárbara Casillas no le toman las llamadas.

En ese marco de confrontación con la administración lópezobradorista, en Jalisco cada quién “dispara” para donde se le da la gana sin que se advierta una buena coordinación y comunicación entre los dos niveles de gobierno, principalmente en la zona metropolitana de Guadalajara. Y me remito a desde aquel fin de semana cuando Alfaro Ramírez quería reiniciar la Fase Cero con la reapertura gradual de negocios, pero la Sala de Situación para la Salud de la Universidad de Guadalajara tuvo que salir a enmendarle la plana y evidenciar públicamente que esa decisión era inconveniente, por lo que tuvo que recular y posponer la reactivación hasta el primero de junio.

Luego, la Mesa de Salud advirtió que era inconveniente concluir la Fase Cero el 31 de mayo, propuso su ampliación 15 días más y así lo acató Enrique Alfaro, pero aprobando la reapertura de negocios no esenciales que ya contaban con el distintivo que confirmaba que cumplieron con todos los requisitos de seguridad sanitaria.

Pero aquí fue donde cada quién hizo lo que creyó más conveniente, como cualquier jardín de niños con método Montessori….

Para empezar, la gente invadió las calles, se rompió la sana distancia y abrieron infinidad de comercios con y sin permiso en los municipios metropolitanos.

En Guadalajara, comercios instalados en la calle Obregón y en el Centro en Guadalajara abrieron sus puertas al haber cumplido con el protocolo y contar con el distintivo que lo acreditaba, pero luego fueron obligados a cerrar que porque se encontraban en corredores comerciales que no estaban considerados que abrieran en esta etapa de la aún Fase Cero. La tienda Liverpool de Juárez y Alcalde también abrió, y fue obligada a cerrar. (Mural 02/06/2020).

Por la mañana, el gobernador Alfaro advirtió que serían “muy estrictos” para que los negocios cumplieran las disposiciones y que eso no “es una broma”, pero en Zapopan el presidente municipal, Jesús Pablo Lemus Navarro, autorizó la reapertura de negocios no esenciales a pesar de no contar con el distintivo de que habían cumplido con todo el protocolo.

Por otro lado, mientras el secretario de Trabajo, Marco Valerio Pérez, dijo a los propietarios de gimnasios que no podían abrir en esta etapa, el diputado alfarista Jonadab Martínez abogaba a favor de estos establecimientos para que se les autorizara entrar en operación. El 23 de mayo escribió el Twitter: “¿Porqué seguimos con gimnasios, parques y clubs CERRADOS? ¿No sería bueno ir abriéndolos, pero con cupos limitados, con las medidas sanitarias, etc.?”. Y el lunes seguía presionando a través de la misma red: “Hoy me estaré reuniendo con representantes de la Secretaría de Trabajo, @codejalisco y con dueños, administradores y representantes de gimnasios con el fin de abonar el tema de la reactivación de estos negocios…”.

¿Y qué sucede en el resto de los municipios en el Estado? Ni sabemos ni quisiéramos imaginarnos, pero la realidad es que el número de municipios con casos de coronavirus crece cada día. Ayer el número era de 74 de los 125. Más de la mitad.

Fue tanta la confusión en la reapertura y arranque de actividades en negocios no esenciales, que el propio presidente Xavier Orendáin de Obeso -que tantas porras le echó al gobernador en Casa Jalisco-, pidió que las autoridades de los tres niveles se pusieran de acuerdo y fluyera la información de manera más clara.

Todo lo anterior pone en evidencia, pues, que frente al veloz crecimiento de contagios de coronavirus y el incremento en el número de muertes, en Jalisco no hay la suficiente coordinación y comunicación entre el Gobierno del Estado y los Ayuntamientos metropolitanos para seguir en una sola línea, sino que mientras desde Casa Jalisco se dice una cosa en los Palacios Municipales se hacen otras cosas y hasta diputados andan abogando públicamente por negocios no esenciales que representan un foco de alto riesgo de contagios.

Ante este escenario de descoordinación y desinformación, ¿qué sucederá ahora que los gobiernos municipales tendrán que actuar en función de la información segmentada y por colonias con mayor riesgo de contagios que les entregará el gobierno estatal? ¿Podrán con la “papa caliente” que les lanzó el gobernador?

Recuérdese que ayer, por segundo día consecutivo, se registraron 16 muertes a causa del coronavirus, e insisto que la salud y la vida de los jaliscienses no pueden estar supeditadas a que el gobierno estatal y los Ayuntamientos se pongan de acuerdo.