En mi entrega del tres de noviembre del 2020 titulada Alfaro, la Alianza y sus “palos de ciego”, referí:
“La Alianza Federalista ha sido más un fenómeno mediático y de redes sociales que un canal efectivo para que los gobernadores que la integran logren sus objetivos ante el gobierno federal y, particularmente, el presidente López Obrador, quien ha demostrado que “ni los ve ni los oye”. Y que cuando les responde, sólo es para darles “atole con el dedo”.
“Estos gobernadores llevan desde el tres de agosto solicitándole al presidente una cita, que los reciba y los escuche, y es fecha que no logran su objetivo, no obstante las declaraciones de Andrés Manuel de que no tiene ningún inconveniente de platicar con ellos. Pero les aplica aquello de que ‘les dice que sí, pero no les dice cuándo’”.
Sobre la Alianza Federalista, aquí en Marcatextos abordamos en reiteradas ocasiones que estaba destinada al fracaso: El desdén de Amlo a gobernadores aliancistas (08/09/202); Alfaro y la Alianza: A la Corte vs López Obrador (13/10/2020); La Alianza Federalista… está “enferma” (23/10/2020); El fracaso de Alfaro y los rebeldes (04/11/2020); Alfaro y los “rebeldes”, ¿el principio del fin? (05/11/2020); Alianza Federalista: Su fin, enmedio del fracaso (01/03/2021); y Cabeza de Vaca, primera baja de la Alianza Federalista (29/04/2021).
El enfrentamiento entre los integrantes de la Alianza Federalista con el presidente Andrés Manuel López Obrador llegó al extremo de que éste los llegó a identificar como “los gobernadores que están contra nosotros”, y lo único que les dio fue su indiferencia, al igual que los integrantes de su gabinete que jamás se reunieron con ellos en conjunto ni dieron respuestas a sus demandas.
Martín Orozco Sandoval, de Aguascalientes; Javier Corral Jurado, de Chihuahua; Miguel Ángel Riquelme Solís, de Coahuila; José Ignacio Peralta Sánchez, de Colima; José Rosas Aispuro, de Durango; Diego Sinhué Rodríguez Vallejo, de Guanajuato; Silvano Aureoles Conejo, de Michoacán; Jaime Rodríguez Calderón, de Nuevo León; Francisco Javier García Cabeza de Vaca; y Enrique Alfaro Ramírez de Jalisco, fueron los gobernadores que decidieron renunciar a la Conago y crear su propia agrupación llamándola Alianza Federalista que resultó un fracaso, porque ninguno de los objetivos que se propusieron en infinidad de reuniones celebradas en diversos estados tuvo éxito… Toparon con la 4T.
Y, al parecer, las elecciones de junio pasado se convirtieron en la tumba de esta Alianza no sólo porque varios de sus integrantes serán relevados ahora que concluye su sexenio, sino porque quienes ahora gobernarán sus estados no garantizan que se mantendrán en ella o, de plano, ya rechazaron seguir formando parte de este grupo de gobernadores rebeldes.
Es el caso de la gobernadora electa de Chihuahua, Maru Campos, quien públicamente rechazó que mantendrá a su entidad formando parte de esta Alianza. Fue bastante dura y ruda al referirse a este tema. Dijo ayer: “No creo en la Alianza Federalista porque realmente el tema está en el Congreso de la Unión, está en el Senado, está en la Cámara de Diputados; es un tema que no se ha resuelto en los últimos 30 años, es un tema que no podemos aspirar a que se arregle en seis años del gobierno del estado. Tenemos que seguir trabajando a pesar de que haya o no haya reforma a la Ley de Coordinación Fiscal y de otras leyes fiscales en el país”.
Contra la postura que mantuvo el gobernador Corral Jurado y el resto de los gobernadores “rebeldes” con el presidente López Obrador, Maru Campos declaró que buscará generar una relación de confianza con Andrés Manuel para beneficio de los chihuahuenses.
Así de contundente la próxima gobernadora panista.
¿Alguien puede creer que el resto de los gobernadores hoy electos cuyos antecesores formaron parte de la Alianza Federalista se mantendrán en ella y se enfrentarán al presidente López Obrador sin razón alguna o interesados, como Maru Campos, por llevar una buena relación con el inquilino de Palacio Nacional?
Si la Alianza Federalista agonizaba semanas antes de las elecciones del seis de junio pasado, el resultado de las mismas terminaron por sepultarla, y con ello dejar a los gobernadores que la integraron y siguen en su cargo a ser considerados por el presidente López Obrador como “los que están contra nosotros”. Y entre estos gobernadores está el de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez.
Por eso, creo que no debemos de tener muchas esperanzas de que Alfaro Ramírez salga hoy de Palacio Nacional, donde se reunirá una vez más con el presidente de la República, con proyectos concretos y listos para ser llevados a la realidad. Saldrá, sí, con promesas como ha salido de sus anteriores visitas; con las manos vacías, como ha sido la constante, pero difícilmente saldrá con un compromiso presidencial firmado y que lo veamos convertido en un hecho a corto, mediano o largo plazo.
Y si no, al tiempo…