¿A quién representa Enrique Alfaro Ramírez en el Secretariado Técnico de Gobierno Abierto? ¿A los 125 municipios de Jalisco? ¿A los municipios que gobierna su partido Movimiento Ciudadano en la entidad? ¿A los Ayuntamientos alfaristas de la zona metropolitana? ¿Al gobierno municipal nde Guadalajara? ¿O a sí mismo?
¿A quién representa Alberto Uribe Camacho como suplente de Enrique Alfaro en el Secretariado Técnico de Gobeirno Abierto? ¿A los 125 municipios de la entidad? ¿A los ayuntamientos que encabeza el partido alfarista Movimiento Ciudadano en Jalisco? ¿A los gobiernos municipales “naranjas” de la zona metropolitana? ¿Al Ayuntamiento tapatío? ¿O a su jefe político Enrique Alfaro Ramírez?
¿A quién representa Alejandro Delgadillo en el Secretariado Técnico de Gobierno Abierto? ¿Al Poder Legislativo del Congreso? ¿A  los 39 diputados integrantes de la 61 Legislatura? ¿A la fracción parlamentaria del partido alfarista Movimiento Ciudadano? ¿O a su jefe político Enrique Alfaro Ramírez?
Las preguntas vienen a cuento porque de manera unilateral Alfaro Ramírez, Uribe Camacho y Hermosillo -éstos últimos acatando seguramente las órdenes del primero-, renunciaron a su representación en un organismo que no es del gobernador Aristóteles Sandoval Díaz, que no es del Poder Ejecutivo del Estado, que no es del PRI, que no es de ningún partido político o de alguno de los varios poderes fácticos en el Estado, bajo el burdo argumento de que el gobierno del estado cuenta con un equipo de espionaje del que no se sabe cómo se utiliza.
Así lo reveló el propio Alfaro en su cuenta de Facebook al dar a conocer que había enviado su renuncia a esta representación e, incluso, hasta adelantó que lo mismo haría su suplente Alberto Uribe -quien se tardó varias horas para hacerlo, pues lon hizo hasta hace algunas horas, hoy por la mañana-, y de inmediato fue secundado por el ex panista diputado Alejandro Hermosillo.
“Acabo de enviar mi renuncia como miembro propietario y representante de los Municipios de Jalisco ante el Secretariado Técnico Local de Gobierno Abierto.
“Renuncio porque no se puede formar parte de un espacio de simulación donde un integrante del Secretariado como el gobernador Aristóteles Sandoval Díaz tiene en su poder y utiliza de manera opaca un software como el que el gobierno federal ha usado para espiar activistas, opositores y periodistas. Esto rompe con cualquier posibilidad de diálogo y confianza entre las partes anulando las oportunidades de concretar un ejercicio auténtico de gobierno abierto”.
Esto es parte de lo que Alfaro Ramírez escribió ayer en su red social.
Aclarado que, como él mismo lo dice en su texto, es “representante de los Municipios de Jalisco ante el Secretariado Técnico Local de Gobierno Abierto”, vale preguntar: ¿Consultó a sus 124 representados si debía o no renunciar a su representación? ¿Contó con el aval de sus representados para tomar esta decisión, porque comparten las razones de la misma? ¿Cuándo y cómo hizo esta consulta? Si lo anterior no lo hizo, más que renunciar como representante, ¿no debió de haber enviado un comunicado a cada uno de los 124 Ayuntamientos informándoles que él ya no quería representarlos y que, por lo tanto, eligieran a otro? ¿O será precisamente porque ninguno de los 124 Ayuntamientos de Jalisco lo eligió como su representante y todo fue simplemente un acuerdo cupular con el Ejecutivo estatal que el resto de los gobiernos municipales acataron sin respingo alguno?
Las mismas preguntas valen para la representación y responsabilidad del presidente municipal de Tlajomulco, Uribe Camacho.
En este sentido, sabemos que Alejandro Hermosillo es representante del Poder Legislativo de Jalisco, de los 39 legisladores que lo integran. Por lo tanto: ¿Consultó Hermosillo a sus 38 compañeros la decisión que tomó? Si lo hizo, ¿lo respaldaron y aprobaron que renunciara a la representación? Si fue tanta su indignación o simplemente acató la orden sin discusiónes de su jefe político, ¿por qué no les notificó al resto de los diputados que él ya no quería representarlos para que designaran a otro compañero en su lugar?
Alfaro Ramírez y, por consiguiente, Uribe Camacho y Hermosillo, no presentan prueba alguna de que haya un uso indebido del software que el gobierno estatal ha reconocido que utiliza para espiar a la delincuencia, simplemente se “montan” al escándalo generado en la capital del país, quizás con el propósito de recuperar los espacios perdidos en los medios de comunicación no solo por sus errores y traspiés sino porque su rival político, Sandoval Díaz, le ha ganado la jugada en temas por demás trascendentes desde que se aprobó la reforma política en materia de financiamiento a los partidos políticos.